El edificio se provee de energía de dos formas diferentes: por una parte hay termotanques solares que proveen agua caliente tanto a las unidades funcionales como a los espacios comunes y por otra se instalaron paneles fotovoltaicos que le brindan energía eléctrica. Según medios locales, esto va a reducir en forma "notable" no sólo el consumo de gas y electricidad sino también el monto de las expensas, dado que los vecinos no deberán pagar la electricidad de los espacios comunes.

"Según el CONICET ^[1], Mendoza tiene en promedio 330 días de radiación solar, es una pena no aprovecharlo para generar energía reemplazando las que que generamos con petróleo, gas y carbón, que son tan contaminantes" explicó en Radio Nacional ^[2] el gerente de la constructora responsable del proyecto. Develó también que estas características encarecieron el proyecto sólo en un 3% del total del costo. "Es muy poco considerando los beneficios", agregó. 

En cuanto al impacto en el medio ambiente, el gerente de la constructora informó que este edificio genera el mismo beneficio medioambiental para la provincia que un bosque de 15 hectáreas. Especuló también que en un futuro, de cambiarse la legislación vigente, este tipo de construcciones podrían vender a la red nacional los excedentes de energía que el edificio genera