Accesibilidad en los Consorcios |
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Discapacidad La responsabilidad social del empresario El Sr. Saúl Macyszyn, un profesional con serios problemas de discapacidad, luego de quedar desocupado en los años ’90, de la nada desarrolla una serie de exitosos emprendimientos comerciales cuyo eje central es dar trabajo a personas discapacitadas creando en el mercado el concepto nuevo de "Empresario Social" Considera que nuestras ciudades no son accesibles y que por el paso del tiempo todos somos discapacitados en potencia Para la gente común el Sr. Saúl Macyszyn es un micro-emprendedor y para los que lo conocen, según expresó, tiene una profesión que no existe en el país: "empresario social". SM: Espero que un día en este país a ese título se lo den a gente que es empresaria con responsabilidad social. Me encanta que las universidades estén dando una materia que se llama Empresarios con Responsabilidad Social. Eso significa que los futuros empresarios sabrán que el mejor valor agregado de su empresa para cualquier servicio o venta será ser solidario con algún miembro de la sociedad que sustenta el éxito comercial de la empresa. Esto es un axioma que felizmente en la gente joven, en los empresarios que se están formando, es como una ley de oro que hay que cumplir. Ellos saben que el mejor marketing y el mejor servicio es la solidaridad. Así que lo lograrán por dos motivos: uno por ser buenas personas, ser buenos ciudadanos y ser solidarios con los demás pero no deja por eso de favorecer a la empresa porque va a incluir personas con dificultades que la pueden convertir, con capacitación y en ergonomía, en buenos trabajadores. Por otro lado, la comunidad que rodea a la empresa, miran a la empresa con otros ojos y dicen "no todo lo que ganan, se lo llevan a su bolsillo o lo depositan en el exterior... No, lo comparten con aquellos que tienen dificultades para subsistir, para ganarse la vida y para tener una vida digna".
PN: ¿Su empresa a qué se dedica? SM : Lo mío empezó con mi historia personal: Yo a los 10 años, en un accidente en la vía pública, pierdo un brazo, tengo una grave inhibición visual y me queda la pierna derecha con ciertas secuelas. Después estudié, me casé, me recibí de Analista de Organización y Métodos y con eso me defendí. Ya con 3 hijos en el año 90` quedé desocupado y aunque pensé que con mi "currículum vitae" y mi título iba a conseguir trabajo no fue así. Estuve 7 años trabajando esporádicamente en lugares mal pagos y eso hizo que me descapitalizara, que tuviera que vender un lote que tenía, mi auto y el de mi señora llegando a la conclusión de que la única alternativa para mí, que era amputado de brazo e inhibido visual, era auto-emplearme.Entonces dije: "Me pongo un pequeño negocio y yo mismo me nombro empleado", entonces nadie me va a poder echar y me voy a ganar la vida así. Como me falta el brazo necesitaba ayuda, por lo cual hice una microempresa familiar y empecé con un puestito de panchos, en la estación de tren de Retiro, de la línea Mitre. Me dieron 6 m2 de baldosa y yo ahí puse un carrito para vender panchos. No me andaba bien, me capacité como microempresario y entonces empecé a ver el negocio de otra manera y a tener éxito. Por ejemplo, dejé de vender "panchos, aderezos y bebidas" para vender "precio, calidad y servicio". Cuando ese puestito se hizo suficiente económicamente pedí permiso para construir un mostrador. Más tarde pedí permiso para poner un techo. Más tarde para hacer un entrepiso... Y así me fui armando una panchería que se llamó "Discapanch" porque después del éxito económico, mandé a mi familia a casa y empecé a tomar gente con discapacidad.
Es decir que día a día seguimos progresando y ya nos hemos presentado por dos locutorios en licitaciones públicas para ver si podemos seguir sumando otros emprendimientos a esta cadena laboral. Lo más importante de todo esto es que a la sociedad y en especial a los empresarios, nosotros le estamos dando un testimonio concreto, tangible e indiscutible de que las personas con discapacidad somos capaces de ser buenos trabajadores y cuando nos capacitamos podemos ser también buenos empresarios. Por eso existe esta cadena laboral sino no existiría nada de esto y yo estaría pidiendo limosnas en la estación de Retiro. PN: Nómbreme una cualidad que tiene el trabajador discapacitado. SM : La mejor es la aptitud de querer aprender, de querer superarse, de querer capacitarse. Después es un empleado noble, es un empleado leal y es un empleado honesto. Estos últimos atributos no son muy comunes entre la gente trabajadora, lamentablemente.PN: ¿Ud. piensa que nuestras ciudades son accesibles a la gente con discapacidad? SM: No, para nada. La ciudad siempre fue construida, desde hace muchísimos años, con la idea de que todos los habitantes son personas normales, comunes, sin ningún tipo de impedimento físico, ni funcional, ni mental, ni nada y eso no es así.Primero que todos, de una u otra manera, tenemos algunas discapacidades aunque pasen inadvertidas para los ojos de los demás; segundo es que cada vez hay más gente con discapacidad. Porque hay un gran índice de discapacitados por accidente en la vía pública. Es terrible en estos últimos tiempos el problema de discapacitados en los recién nacidos, por problemas de desnutrición, etc., tenemos los discapacitados de las Malvinas y también la discapacidad que viene con la vejez. La ciudad no está preparada para darle una vida normal y cómoda a esa gente. El pobre discapacitado, además de tener esa desgracia, tiene que estar lidiando y luchando en una ciudad donde no hay accesibilidad para que pueda vivir como los demás ciudadanos aunque obviamente hay muchas instituciones de discapacidad que están luchando por esto. Nosotros también dentro de esta fundación, a pesar de que [nos ocupamos] estrictamente de buscar puestos para gente con discapacidades, es decir la ayuda laboral para la persona discapacitada, también nos preocupa la accesibilidad porque nuestros empleados son discapacitados que tienen que llegar hasta mi local, tienen que viajar en micros, tienen que viajar en subte, tienen que cruzar calles, subir veredas, escaleras, etc.
Mi local obviamente está preparado y es accesible a todo tipo de discapacidad porque es nuestra función, somos un ejemplo también en eso. Somos el único comercio en San Isidro que tiene el 100 % de las barreras arquitectónicas anuladas, están en cero y todos se sienten muy cómodos. Eso habría que lograrlo para todos no solamente para gente con discapacidad. Nosotros tenemos la suerte de tener muchos clientes normales que vienen con el cochecito con el hijo, que traen al bebe en un canasto, que concurren con muchos bolsos, hacen compras las señoras; nuestras puertas son amplias, no hay escalones, los lugares son amplios para ubicarse. Está todo preparado para gente que tiene siempre algún elemento, sea una discapacidad, sea llevar hijos, nietos, etc. [También] los abuelos con los bastones y que caminan lentamente. Está todo preparado para que esa gente que tiene dificultades pueda vivir y acercarse a nuestros locales de la mejor manera. PN: ¿A qué se debe en su opinión que la ciudad no está preparada y no atienda los derechos de los discapacitados en cuanto a la accesibilidad? SM: Lo más lamentable es que en nuestro país hubo una cantidad de leyes para la discapacidad muy buenas que fueron las mejores en Latinoamérica. Hoy estamos en el año 2004, que fue declarado en el 13º Congreso Iberoamericano de las Personas con Discapacidad, como el "Año Latinoamericano de las Personas con Discapacidad". Nosotros desde nuestra fundación estamos pregonando que la Argentina debe tomar medidas que favorezcan la vida digna de la gente con discapacidad y que tenemos que ser un ejemplo en este año y sobresalir en el ámbito latinoamericano e internacional.Lamentablemente aquí tenemos las leyes pero no se cumplen y también algunos profesionales como arquitectos o ingenieros que hacen la vista para otro lado porque ellos están acostumbrados a los edificios de antes y cuando proyectan un edificio se olvidan de las dificultades de la gente con discapacidad. Una vez que el edificio está aprobado y construido se empieza a habitar, se forman los famosos consorcios y después la gente no quiere destruir, demoler una parte del edificio para hacer las rampas y todo se hace muy discutible y muy difícil. Algunos levantamos la bandera de la igualdad, que todos podamos entrar y salir del edificio bien, y otros levantan la bandera de su comodidad, de su propia persona como si ellos nunca fuesen a quedar discapacitados. La vida no es así porque si Dios le da la suerte de vivir muchos años, van a entrar en la ancianidad y la ancianidad es una etapa de la vida rodeada de discapacidad. |
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