Nota
de Autor
Cazabobos
Todos
hemos visto en las viejas películas de combate que así se llamaba a las bombas
que dejaba el enemigo y que con aspecto inocente tenían el ánimo de causar el
mayor daño personal posible.
En
la última semana hemos visto que el gobierno a través de su ministro de
economía ha, después de casi un año, abierto el corralito financiero para las
cuentas a la vista: cajas de ahorro y cuentas corrientes.
Sin
embargo no se revisó el sistema financiero, no se analizaron las causas de la
debacle causada, ni se estudiaron formas serias para evitar que en un futuro los
ahorristas y clientes de los bancos no vuelvan a sufrir las consecuencias de
nuevos saqueos.
Sólo
se abrió el corralito. Ahora la gente puede sacar de sus cuentas a la vista SU
dinero. No el dinero del banco, ni del estado. No subsidios para su empresa o
negocio. Tampoco sus ahorros si ya fueron reprogramados. Sólo puede retirar lo
que es suyo, si le quedó algo....
Días
pasado, en el mismo banco que se quedó con los ahorros que tanto me costaron
juntar y que estaban destinados a cubrir una emergencia que pudiera surgir en lo
laboral o personal, tuve que realizar un trámite. Me llamó la atención verlo,
como un catafalco de lujo, vacío, triste y silencioso... Había sólo una fila
de clientes que tenían que pagar algunas cuenta y un puñado de jubilados
haciendo sus trámites.
Ya
el año pasado se me había ocurrido la idea que si expropiarle a la gente sus
fondos fuese una buena idea tal vez países más adelantados que el nuestro ya
lo hubieran hecho.
Sin
embargo me sorprendió cuando algún amigo me contó en secreto que ahora se
podía hacer plata fácil poniendo los restos del saqueo en plazos fijo y que se
podrían obtener pingues ganancias en un país que no tiene ni plata ni forma ni
voluntad de dar de comer a sus propios hijos...
Otra
vez sopa....
Otra
vez plata fácil...
Otra
vez intereses usurarios que nos van a permitir vivir bien, comprando importados
sin necesidad de trabajar ni de hacer grandes esfuerzos....
Otra
vez los argentinos se acercan a aquellos que aprovechándose de la codicia y la
ingenuidad les ofrecen en negocios que sólo pueden terminar con lo poco que
tienen. Nadie piensa que no hay negocio en este país que por medio del trabajo
honrado pueda dejar semejantes tasas de rentabilidad y que la única solución
que podría quedar es simplemente expropiándole los bienes al incauto a la hora
de tener que cumplir.
¿Dentro
de cuanto tiempo nuevos damnificados saldrán a golpear con sus martillitos las
puertas de los bancos?
Y
la pregunta más difícil: ¿culpa de quien va a ser...?