[BPN-28/12/07]
El presidente de la Fundación Liga del Consorcista, Dr. Osvaldo
Loisi, le envió una carta a la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner y al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, en la que les
solicitó el reemplazo del sistema actual de los Convenios Colectivos de
Trabajo de los encargados de edificios, "por negociaciones paritarias
entabladas entre el gremio y cada consorcio en particular, con una base
mínima".
"Ante los
inminentes nuevos aumentos en las expensas de la propiedad horizontal, la
propuesta tiene por objeto transparentar esos acuerdos, relacionar los
aumentos de sueldos con las reales posibilidades económicas de cada grupo
de vecinos y evitar perjudicar a los consorcistas más vulnerables:
jubilados, pensionados, trabajadores informales o con haberes
mínimos", destacó Loisi.
En esa carta
les sugirió que a partir del año próximo se exija como requisito de
validez de los Convenios Colectivos de Trabajo (CCT) del
sector, "la ratificación expresa por parte de cada consorcio, o en
su defecto, la celebración de los mismos en cada uno de ellos con una
base mínima".
Según él, la
medida que les propone sería de estricta justicia y el único modo de
asegurar transparencia al sistema y que las erogaciones que se dispongan
tengan una racionalidad ligada al real caudal económico de cada grupo de
vecinos.
La Fundación
Liga del Consorcista subrayó que resulta "harto cuestionable la
actuación de las entidades reconocidas por ese Ministerio como
representativas de los consorcios de todo el país en esas negociaciones
para vincularlos económicamente".
Al mismo
tiempo, para Loisi es evidente que dicho grupo de entidades que actúan
como patronal tampoco nuclean a un número significativo de
administradores, con lo cual, el sistema vigente resulta francamente
ilegítimo.
Argumentó que
los consorcios no son empresas ni ONGs., carecen de objeto social y por
ende son ajenas a los conceptos de rentabilidad y rendimiento, de modo que
por este motivo "mal puede admitirse la existencia de una
representación tácita de esas vecindades en favor de terceros".
Subrayó que
las negociaciones del sector se realizan a puertas cerradas "alejadas
de todo contralor por parte de la opinión pública y sobre todo, de
quienes deberán afrontar en definitiva, con sus bolsillos, las
erogaciones que aquellos graciosamente conciertan entre sí".
En este
sentido, consideró que el Gobierno no debería seguir "convalidando
tamaña injusticia, máxime cuando puede comprobarse que en la generalidad
de los consorcios, al día de hoy, el rubro salarios y cargas sociales del
personal, asciende a más del 60% del gasto total de cada edificio".
Por último,
resaltó que esos aumentos masivos impiden a ciertos consorcios hacerse
cargo de las erogaciones necesarias que demanda el mantenimiento de los
edificios, como así también del cumplimiento de ciertas normas
municipales, como por ejemplo la ley de balcones y saliencias, cuya
omisión pone en peligro la vida y seguridad de las personas.