El buen samaritano

[BPN-05/02/08] Hay muchos caminos para resolver los conflictos. Uno de ellos es la mediación comunitaria. Jaime Fischer es el presidente "Caminos de Convivencia para el Diálogo y la Paz Social", una institución organizada por adultos mayores con distinta formación y experiencia familiar, profesional, laboral, y social que fueron capacitados en técnicas de resolución pacífica de conflictos y mediación comunitaria.

El objetivo de esta asociación es convocar, informar y capacitar a personas de la tercera edad para que desempeñen, junto a sus fundadores, en forma voluntaria, solidaria y sin fines de lucro funciones de consejeros y pacificadores sociales, facilitando y coordinando encuentros de diálogo y comunicación entre personas que busquen solucionar conflictos desde el consenso constructivo.

"Yo soy Jaime Fischer, un abuelo de 73 años. En los años 2005 y 2006, junto con otras personas algo más jóvenes que yo pero pertenecientes a la tercera edad y que provenían de distintas asociaciones civiles y de centros de jubilados, participamos de un curso de formación en la gestión y resolución pacífica de conflictos que se realizó con el auspicio de la dirección nacional de políticas para adultos mayores del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación", destacó Jaime en una entrevista concedida a Pequeñas Noticias.

Caminos... se fundó como resultado del entusiasmo de la gente que concurrió a ese curso en el 2005. En el 2006, lograron la personería jurídica e instalaron un centro de mediación comunitaria que denominaron "De los adultos mayores a la comunidad" que actualmente, funciona en la calle Cochabamba 1783, los martes y jueves de 10.30 hs. a 12.30 hs., dentro de un espacio cedido por el centro de jubilados Manuel Dorrego.

Jaime señaló que a la institución llegan muchos casos sobre temas de consorcios y que la mayoría son de gente que no lee el reglamento de copropiedad y no aprendió a dialogar con el vecino. "La gente no está acostumbrada a dialogar ni a escuchar. Hay mucha falta de participación, no conocen sus derechos o no tienen idea de los derechos que les asisten a través del reglamento", reflexionó.

La aspiración máxima de Caminos... es que cada centro de jubilado -hay alrededor de 800- sea un nodo en el cual se brinde información para que ellos puedan recibir problemas y emitir soluciones.

"Es interesante recordar lo que dice la Biblia en la parábola del buen samaritano. El buen samaritano encuentra a una persona lastimada en el camino y la levanta después de que hayan pasado por el mismo lugar un mercader, un maestro de la ley y un escriba. Él, que era despreciable para muchos, se bajó, lo curó, lo cargó en su burro y lo llevó al lugar adecuado que era la posada. Sabía que ahí había un posadero que lo iba a curar", ejemplificó Jaime.

Y explicó que este es el ejemplo máximo de que a veces para ayudar hay que conocer el recurso, "en la historia se conoce al herido, a los que pasaron indiferentes y al samaritano pero nadie habla del posadero y fue justamente él quien solucionó el problema".

En este sentido, destacó que frente a un problema hay que escuchar a la persona y seguir el caso porque sino no se sabe cuál fue el resultado de la gestión: "eso marca la diferencia entre una ventanilla de reclamos de un burócrata y de una persona que trabaja desde el corazón".

"El mediador lo que hace es bajar los decibeles, enfriar la cuestión, tratar de quitar las emociones y los sentimientos que tienen las personas. No olvidemos que el conflicto es un choque de intereses, de temperamentos y de personalidades", aseguró.

Caminos... tiene como objetivo general el predicar sobre la mediación comunitaria, la necesidad de que la gente hable, converse y se pacten soluciones. Explicó que la mediación comunitaria es una técnica que va destinada a escuchar atentamente a cada persona y que es gratuita, confidencial, voluntaria y no obliga a las partes más de lo que las partes se obligan entre sí.