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Correo de Opinión El debate continúa por Nélida Sampayo Señor Director: Me permito abusar una vez más de su gentileza para contestar a la nota del Dr. Brailovsky, publicada a modo de respuesta a mis palabras del Boletín Nº 235. En primer lugar, deseo aclarar que yo no proferí ningún insulto a Brailovsky y que, si alguna de mis interpretaciones sobre el caso Donizetti y Rivadavia lo ha mortificado, desde ya le pido disculpas. Pero también quiero dejar en claro que sostengo lo dicho respecto del ex administrador, Pedro Antonio Palumbo y de su mal desempeño en el consorcio mencionado precedentemente. Dr. Brailovsky: yo no opino igual que Ud. respecto de Palumbo y tal vez a mí me toque la parte más difícil de esta historia, puesto que yo lo padezco y Ud. solamente lee sobre él en este Boletín, ya que de sus dichos se desprendería que Palumbo no es cliente suyo. No está mal entrar en una polémica, a mí no me asusta. Menos aún tener distintas visiones de las cosas: el mundo sería muy aburrido si todos pensáramos igual, ¿no le parece, Dr. Brailovsky? Por ello, permítame decirle, Dr. Brailovsky, que yo también soy una persona que piensa, universitaria al igual que Ud., que no está de acuerdo con sus opiniones. Y permítame, además, pensar que Ud. emite apresuradamente su parecer, desconociendo la real problemática de Donizetti y Rivadavia. Me hubiera gustado que Ud. respondiera sobre algunas cosas que yo intentaba plantear en mi nota del Boletín Nº 235, que hacen al fondo de la cuestión en Donizetti y Ud., nuevamente, me sorprende quedándose en el análisis de lo superficial. Créame también que cuando utilicé el término SANATEAR lo hice pensando justamente en una “persona que habla mucho pero en realidad no dice nada" Pero como a Ud. lo ofende, a partir de ahora, en lugar de SANATEAR, simplemente voy a decir “persona que habla mucho pero en realidad no dice nada”. Aunque yo no reniego del lunfardo, ya que es parte de mi historia, como argentina que también soy. Y mucho menos reniego de su origen en las clases bajas, a las que Ud. parecería referirse despectivamente. Para adentrarnos en el tema Donizetti, Ud. habla de seguir los procedimientos legales como si los convocantes a la asamblea extraordinaria del 27/04/04 los hubieran dejado de lado. Pero para demostrar que esos procedimientos se han seguido conforme a lo que Ud. manifiesta, Dr. Brailovsky, tengo que hacer un poco de historia. Allí vamos... El 19/08/2003 se realizó en Donizetti una asamblea ordinaria. Debido a tergiversaciones de lo sucedido en anteriores asambleas, por parte del ex administrador (y que constan en el libro de actas, puesto que los designados a firmar se negaron a hacerlo cuando lo ocurrido no coincidía con lo vertido por Palumbo) algunos vecinos propietarios decidieron llevar y pagar de su bolsillo un escribano para redactar el acta correspondiente. En esa asamblea ordinaria NO SE LE APROBÓ EL BALANCE Y SE LE EXIGIÓ CONVOCARA A UNA EXTRAORDINARIA PARA DESIGNAR UN ESTUDIO CONTABLE QUE REALIZARA UNA AUDITORÍA INTEGRAL ENTRE EL 01.09.2003 Y EL 15.09.2003. Transcurrido el tiempo para convocar la extraordinaria y ante el silencio de Palumbo, se reunieron las firmas necesarias, conforme a Reglamento (25% de los propietarios) y se presentó una nota solicitando nuevamente la convocatoria a esa extraordinaria. Tampoco esa vez Palumbo convocó a la tan mentada asamblea. Menos lo hizo cuando por carta documento lo exigieron los integrantes de los Consejos de Administración. Note, Dr. Brailovsky, que no estoy hablando de fantasías producto de mi frondosa imaginación sino de hechos concretos y fácilmente comprobables. Pensemos que para que un administrador continúe en sus funciones, es esencial que tenga APROBADO EL BALANCE DEL EJERCICIO VENCIDO. Corríjame, Dr. Brailovsky, si estoy equivocada en este punto. ¿Y qué forma más acertada y segura existe, para que un administrador demuestre que su actuación ha sido la correcta, que una auditoría contable realizada por contadores públicos nacionales? Sin embargo, Palumbo se negó a ello y tampoco solicitó la rendición de cuentas por la vía judicial (aunque amenazó con hacerlo) que podría haber sido otro remedio válido, si bien más complicado, por lo menos hasta la fecha en que escribo estas líneas: un año y tres meses después. Ante esta situación anormal, algunos propietarios decidieron solicitar una asamblea judicial (seguimos estando dentro de la ley) y resultante de este pedido fue que el Juez, Dr. Ponce, titular del Juzgado Civil Nº 27, estimó que no estaban agotadas las vías reglamentarias y que los propietarios se encontraban en condiciones de AUTOCONVOCARSE y realizar una asamblea (Asamblea Judicial, Expediente Nº 90669/2003). En virtud de encontrarnos habilitados por un Juez y no por el asesoramiento de legos o de amigos en similar situación, es que decidimos autoconvocarnos el 29/12/2003. Y como todo hicimos dentro de la ley y nada fuera de ella, al faltar el quórum y obviamente las mayorías necesarias estipuladas en nuestro Reglamento de Copropiedad y Administración (66,66%), se decidió convocar una nueva asamblea para marzo/abril del 2004. Todo ello consta en el acta redactada por el escribano que los vecinos contrataron y pagaron de su bolsillo para que las cosas fueran lo suficientemente claras y transparentes, Dr. Brailovsky. Cabe destacar también que la citación se hizo a todos los propietarios, inclusive a aquellos que no viven en el edificio y ello consta también en acta notarial. Así es que se llega al 27/04/2004, autoconvocada la asamblea extraordinaria en idénticas condiciones que la anterior, en la que se logra un quórum del 68.4696% y se remueve por unanimidad de los presentes al Sr. Pedro Antonio Palumbo de sus funciones de administrador en el consorcio Donizetti, designándose una nueva administración. Cuando yo hablé de prejuzgar, Dr. Brailovsky, me refería a esto. Ud. da por sentado que los vecinos actuamos fuera de la ley y está equivocado, permítame decirlo. Nada más lejano a ello. Los vecinos hemos actuado y actuamos asesorados por profesionales del derecho, de primera línea. Nuestra intención, Dr. Brailovsky, no es producir un perjuicio al Sr. Palumbo y mucho menos al consorcio del cual formamos parte, sino todo lo contrario, intentamos preservar nuestro único patrimonio de situaciones que prácticamente nos han dejado en la ruina y de las que Ud. hace silencio aun cuando yo las menciono en mi escrito del Boletín Nº 235, pero se las voy a refrescar y esta vez dándole las herramientas para que Ud. y cualquiera de los lectores puedan verificarlas: 1) El 13/03/1999 Pedro Antonio Palumbo fue designado administrador del Complejo en una asamblea de copropietarios AUTOCONVOCADA por la cual se destituyó al anterior administrador y consecuentemente se eligió a Palumbo. De esta asamblea participó la Comisión de la Vivienda con un porcentual de votos del 22.7585% del total computable para el consorcio (este porcentual es inexacto porque se dejó participar y votar en esa asamblea a aquellas personas con Boleto de Compraventa. El Instituto de la Vivienda tiene efectivamente más del 36% de la titularidad de dominio del complejo: ¿todo dentro de la ley y nada fuera de ella?). Lo que antecede consta en la escritura Nº 60 de fecha 25/03/2003 por la que se protocolarizó el acta extra protocolar levantada en ocasión de esa asamblea. 2) Una de sus tantas obligaciones como administrador ¿legalmente? designado, era la de pagar el impuesto de Alumbrado, Barrido y Limpieza correspondiente al Sector Cocheras. En una asamblea extraordinaria realizada en el mes de marzo de 2003, Palumbo manifiesta que existe una deuda de ABL de $ 15.000.- por la partida Nº 3574726, y los propietarios de cocheras deciden pagarla al contado. Sin embargo, seis meses después se descubre que esa partida correspondía a un local cuyo titular de dominio es el Instituto de la Vivienda y no los propietarios de cocheras, a quienes les corresponde la partida Nº 3574725, Lamentablemente, por la partida que sí correspondía a cocheras existía y aún existe una deuda que supera los $ 500.000.- por BIMESTRES IMPAGOS DESDE EL 2001 y por la que estamos en juicio que tramita en el Juzgado Nº 17 del Gobierno de la Ciudad, Expediente Nº 533.953. Como el Dr. Brailovsky sabe, la Ley Tributaria exige para escriturar, que no exista deuda, por lo cual los titulares de las cocheras no pueden vender. ¿Qué pasaría si el Dr. Brailovsky fuera titular de una de esas cocheras y se viera en la necesidad económica de disponer de ella, como le pasa a muchos de los vecinos que, por casos de enfermedad o de la crisis de nuestro país no pueden disponer de ese bien por la irresponsabilidad del Sr. Palumbo? 3) Otra de las funciones que Palumbo tenía como administrador, era la de abonar las deudas que había dejado su antecesor (como verá, Dr. Brailovsky, Donizetti no tiene suerte con sus administradores). Sin embargo, hace dos meses que nos han embargado el motor de un ascensor en la Torre C, debido a la falta de pago de honorarios profesionales por un juicio que data del año 2001, que tramita en el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial Nº 6, Secretaría Nº 11, Expediente Nº 45940/2001. 4) De las liquidaciones de expensas que el ex administrador Palumbo nos envió desde su designación en el año 1999, se desprende que los consorcistas hemos pagado, además del service reglamentario, todo tipo de reparaciones en cifras más que abultadas. Con fecha 16/09/2004 recibimos sendas cédulas de notificación del Gobierno de la Ciudad de Buenos, Dirección General de Fiscalización de Obras y Catastro, Dirección Contralor de Instalaciones, Departamento Instalaciones Electromecánicas, Sección Elevadores, C.E. Nº 45.058/2004, por irregularidades en los ascensores de las Torres B y C, que se encuentran en estado 3 y 4, respectivamente; intimándonos a regularizar la situación bajo apercibimiento de aplicar las sanciones previstas en el Artículo 2.4.3.2 inciso b); bajo el régimen del Artículo 2.2.5.2 (multas sucesivas cada 30 días) del Código de la Edificación; y sin perjuicio de disponer el sellado de la instalación a fin de impedir su funcionamiento. Imagínese, Dr. Brailovsky y también los lectores, que estas torres tienen 27 pisos de altura, que en ella hay ancianos, niños, personas enfermas en tratamiento de rayos y quimioterapia que, como Ud. sabe, no pueden suspenderse. Imagínese, digo, la desesperación de los vecinos y entienda también que cuando he dicho en mi anterior nota “estoy indignadísima” llevaba a cuestas ésta y todas las otras situaciones que le he comentado precedentemente y aquellas que, por no extenderme en demasía, he suprimido. Es por ello que apelo a la sensibilidad del Dr. Brailovsky para que comprenda que no es resquemor hacia su persona lo que me movilizó a contestar sus opiniones, puesto que yo no lo conozco. Me impulsan a contestar una serie de hechos concretos que estoy padeciendo, juntamente con el 80% de los propietarios de Donizetti que han decidido no pagarle a Palumbo las expensas PORQUE NO LE TIENEN CONFIANZA. Y la confianza no es algo que se pueda ganar solicitando una medida cautelar a la justicia. Me llama la atención, Dr. Brailovsky, como Ud. es tan purista y seguramente lleva la ley bajo el brazo en forma permanente, que en lugar de averiguar qué pasa en Donizetti y Rivadavia, Ud. se dedique a “sospechar que se cometieron irregularidades”. Pero no contento con ello, Ud. también afirma que los propietarios de Donizetti y Rivadavia “hacen un infierno la vida del administrador, al pretender imponer sus ideas carentes de asidero legal alguno y solamente fundados en la ignorancia de la Ley 13.512”. ¿A mí me parece o Ud. está prejuzgando o actuando de manera parcial? Y no me diga que lo insulto porque las palabras son suyas. Que los consorcistas “hacen un infierno la vida del administrador” ¿a Ud. le consta? A mí sí me consta todo lo que detallo puntillosamente en los párrafos precedentes y le repito: SON HECHOS CONCRETOS Y PALPABLES. Ud. me hace acordar a Palumbo, quien llena largas páginas que podrían integrar un tratado sobre administración de consorcios y lo hace cual si fuera una “persona que habla mucho pero en realidad no dice nada”. Y cuando debería hacer y callarse la boca, no permite una auditoría realizada por contadores públicos nacionales, no tiene aprobadas las cuentas, no cumple con sus obligaciones como administrador, etc., etc. También quiero aclararle, Dr. Brailovsky, que me ha mal interpretado, puesto que yo no dije que “la orden del juez de ‘reponer’ al Sr. Palumbo se deba a artilugios legales o magias, o ...”, dije “Y no se trata aquí de la existencia de dos administraciones sino de argucias procesales por parte de Palumbo y sus abogados, TENDIENTES A DILATAR LA RESOLUCIÓN DE LA JUSTICIA RESPECTO DE UNA MEDIDA CAUTELAR SOLICITADA POR EL EX ADMINISTRADOR...” que, entiendo yo, no es lo mismo que se me pretende hacer decir. No quiero pasar por alto algunas cosas... Como ya lo dije antes, yo no he insultado a nadie y hasta he pedido disculpas si alguna palabra o pensamiento pudo herir a alguien. En cambio, me he sentido discriminada y subestimada o minimizada por el Dr. Brailovsky dado que, desde hacerme insultar a quien no insulto, enviándome a utilizar un mata burros, tratándome de persona carente de razonamiento, pretendiendo que el hecho de tener estudios universitarios (que yo también poseo, aunque él lo ignore) lo posiciona en un escalón superior al del común de la gente, tildándome de poco lúcida, de no comprender los términos que él utiliza, de querer imponer a los demás mi forma de actuar, pensar, hablando, además, de DICTADURA y TIRANÍA, de acusarme de no aportar ninguna idea que solucione el caos del edificio, cuando he pagado por años a quien sí le correspondía no hacer caer al edificio en ese caos que muy bien define Brailovsky y, por último, de no estar a su altura para debatir. ¿No se trata todo esto de ofender con palabras al alguien, lo cuál sería definido en un diccionario como insulto? Pero yo, a diferencia suya, no me ofendo. Y no me ofendo porque creo que Ud., Dr. Brailovsky, ha actuado como una “persona que habla mucho pero en realidad no dice nada”. Y sin embargo, hay un punto en la respuesta del Dr. Brailovsky que rescato y destaco puesto que me ha desvelado y me ha sumido en la ignorancia total sobre los temas de propiedad horizontal. Es por ello que ME PERMITO SOLICITAR AL SEÑOR DIRECTOR de este notable Boletín, que tanto aporta al conocimiento de la vida en propiedad horizontal, UN DEBATE PARA QUE OPINEN LOS PROFESIONALES DEL DERECHO QUE SE ESPECIALIZAN EN TEMAS DE CONSORCIO. Me gustaría que polemizáramos sobre la frase emitida por el Dr. Brailovsky que dice así: “Acaso: ¿votaron los deudores de expensas que TIENE PROHIBIDO EMITIR SU VOTO válidamente siendo deudores?” La verdad es que yo desconocía que los deudores de expensas tenía prohibido emitir su voto. Tanto es así que me remití a la ley 13.512 y no encontré ningún artículo que hiciera referencia a ello. Me fui, entonces, al Decreto Reglamentario Nº 18.734, segura de encontrar algún comentario sobre esta prohibición, pero mi desasosiego fue tal cuando tampoco encontré noticia ninguna de este tema. Supuse que el Dr. Brailovsky habría tenido oportunidad de leer nuestro Reglamento de Copropiedad y Administración, pero una vez más me hallé con el silencio sobre tal prohibición. Por ello, y ya vencida en mi ignorancia es que pido la opinión de los profesionales que lean estas líneas para ver si puedo aclarar este punto tan oscuro, dado que no me animo a hacerle la consulta al Dr. Brailovsky porque ya ha dejado bien asentado que “gratis” no responde nada. Por último, no podrá negar, Dr. Brailovsky, que su encendida e irracional defensa de Palumbo me haya echado a pensar que entre Ud. y nuestro ex administrador habría algún tipo de relación, sino comercial o profesional, como Ud. niega, pues alguna ligazón personal o de alguna amistad en común... Créame que soy sincera cuando le digo que no alcanzo a comprender que una persona escriba las cosas que Ud. escribió entre los Boletines 234 y 235 sin ninguna intención de defender lo indefendible. Aunque Ud. ya me advirtió que la del Boletín Nº 235 era la última vez que se dignaba dirigirme la palabra, le pido encarecidamente que si se arrepiente, hablemos de los problemas concretos de Donizetti y Rivadavia y no de si Palumbo hubiera podido ser o no galán de telenovelas. Y como el lunfardo no le gusta, en castellano no nos entendemos, no me queda otra que expresarme en latín, por eso le pido encarecidamente RES NON VERBA. Sin más que agregar, saludo muy atentamente al Sr. Director de Pequeñas Noticias.
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