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Correo de Opinión Reflexión sobre "Un freno a los malos administradores" por Gustavo Karcher Cuenta la historia que el primer hombre que comenzó a los besos con pares de su mismo sexo en la Argentina fui yo, allá por el '74, cuando "che" quería decir "che" en concepto de reemplazo apelativo o "Che", así, a secas; pero no "otra cosa", por no decir cabalmente "boludo" como es costumbre. Claro que aquella historia no fue la oficial y entonces reclamar la autoría de mi sana demostración de afecto con mis amigos de entonces sin caer bajo la sospecha de una solapada homosexualidad es un poco vacua e improbable o -mejor dicho- soberbia, fanfarrona y kamikaze, pero no por eso menos cierta. Pero a caballo de sanas reivindicaciones, sí puedo demostrar que el primer individuo que habló de poner freno a los "malos administradores" fui yo en ese engendro de lista de correo que tiene la FAC y en la cual estoy suscrito, casi diría hoy: "por azar y mera inercia" ya que no comparto el tratamiento que le dan a los que la administran. Las pruebas las tengo, sí; gracias a Dios, Internet, la actual tecnología, el backup y esas cosas, y por razones de mero amor propio; que si cabe reclamar derechos de autor, yo reclamo los míos y que María Chucena si quiere, reclame los suyos. Y recuerdo que en ese entonces, cuando hablé del asunto, me llovieron correos de todas partes felicitándome por la propuesta e instándome a tomar la iniciativa porque claro, en este país, con lo que quema muchos te apoyan, pero el quemado siempre va a ser "uno". La cosa es que, autorías o no autorías, considero que el hecho de crear una base de datos con administradores corruptos o "malos administradores", como livianamente se les llama, no debiera correr por cuenta del usuario damnificado o institución de bien común alguna sino por parte del Estado. Eso sería en un país justo, equilibrado y auténticamente democrático y la Argentina, ¡caramba!, "no lo es". ¿Y entonces? Esa "defensa" del consumidor debería provenir del organismo afín a esos menesteres (que ya existe, ¿saben?) y no ser un mero organismo burocrático a través del cual se cae de maduro que la sanción de la Ley 941 en la CABA pareciera ser un recurso recaudador administrativo más antes que mero mecanismo regulador de las actividades de los administradores subordinados a la Ley 13.512. Yo conozco el caso de muchos administradores que están matriculados, tienen causas penales cerradas con el premio jurídico de "prisión en suspenso" aún con plena prueba de delito y confesión de parte, y figuran en la página Web del Gobierno de la Ciudad como "limpios", "impecables", "¡limpitos!", a pesar de que personalmente envié a dicho organismo de defensa de los derechos del consumidor adjunto copia de algunas sentencias. A pesar de que me contestaron y que me dijeron que tomarían las medidas correspondientes, etcétera, etc., etc. Y nada pues. Puro teatro. Y en donde las instituciones fallan, los hombres fallan, y todo falla. En
este país (y hay que decirlo hasta el cansancio), todo es "puro
teatro", "puestas en escena", ya que la Argentina funciona
como un neurótico: dice una cosa y hace lo contrario; habla mucho, para
callarlo todo. Y todo amparado bajo la ideología del "hacete el
distraído", total, nadie se va a dar cuenta y el tiempo, como la
lluvia, lava las heridas. El problema en nuestro país es que la figura del "escrache" está muy mal vista por los que de alguna manera detentan el poder y hacen, con los recursos que ese poder mismo les otorga, apología antiescrache con argumentos literalmente convincentes, aunque reñidos con la práctica y con sus propios usos y costumbres. En pocas palabras: "meros firuletes discursivos de ilustres involucrados". Pero después, ese mismo argumento que utilizaron hoy no lo aplican mañana cuando de defenderse se trata o de defenestrar al que los pone en evidencia se puso en juego. En fin, ahora pienso en lo patético de un Ernesto Guevara contemporáneo nuestro, y en el espantoso mote cubano de llamarlo, hoy por hoy, el "Boludo" Guevara. Y así, mutando y mutando, si es que ya no lo somos, todos nos hacemos el "che" por no decir otra cosa (ahora que está tan de moda) y se sigue castigando a la víctima y no al victimario. ¿Lo malo? que los "buenos" (administradores en este caso) quedan salpicados por los de mala reputación porque, generalidades de por medio, "siempre" el mote cae sobre el género y nunca sobre el número, puesto que la parte hace al todo, mal que nos pese y opiniones en contrario. De modo que, poniéndole la cola al burro, habría que presionar al organismo "oficial" creado para esos menesteres para que actúe conforme a la ley y a favor de los justos, no de los injustos; y no sea otro ente recaudador más o mero organismo burocrático, puro sello, o cartón pintado. "Presionar", señoras y señores, "pre-sio-nar" y "aprender a ser buenos consumidores", lo que no es poco. Y para tal fin, les acerco el enlace para que, como corresponde, "exijamos" al ente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires "responsable" de administrar "justicia" que cumpla con las instituciones: www.buenosaires.gov.ar/areas/produccion/def_consumidor/consultas_def_con.php Este otro enlace es el que corresponde a la Municipalidad de Vicente López, Provincia de Buenos Aires: www.vicentelopez.gov.ar/sec_gobierno/administradores.php Llamativamente, en el sitio del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, no existe nada relacionado con la defensa del consumidor (el buscador no devuelve nada con las palabras "defensa" y "consumidor", ¡qué lo parió, Mendieta!), y si alguien lo encuentra, válgale un premio (www.gba.gov.ar)
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