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Correo de Opinión El poder ejecutivo porteño y la máquina de "vetar" por el Sr. Raúl Guinzburg El jefe de Gobierno porteño durante su gestión parecería ser el “campeón del veto” en lo que se refiere a las leyes dictadas por la respectiva Legislatura. En efecto, a cuatro meses del año 2012 se acumulan una cantidad que leyes que no se pueden aplicar o que deben volver a tratarse en virtud de esos vetos parciales o totales. Ya en años anteriores llamaron la atención también la cantidad de leyes que se desmoronaron ante la negativa del Jefe de Gobierno de promulgarlas y en las que se encontraban algunas de real importancia. Sólo por nombrar algunas tenemos: Ley N° 3298-Creación de un Comité para la tortura (“mecanismo de monitoreo destinado a prevenir torturas y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes en los lugares de detención e internación públicos y privados, por medio de visitas periódicas”). Ley N° 3299- Subsidio a la APDH.- Ley N° 3090 – Inclusión del sistema Braille para los trámites de los consumidores. Ley N° 3064 – Comité de Seguimiento de sistemas de seguridad pública. Ley N°3721- Programa de Inclusión Laboral para Jóvenes en situación de Vulnerabilidad Social - Ley N° 4020 - adopción de un sistema que adapta los semáforos existentes para los ciegos, incorporando la tecnología necesaria para que las personas ciegas o con disminución visual puedan utilizarlos autónomamente. Ley N° 3961- adhesión de la Ciudad a lo dispuesto por la Ley Nacional N° 22.431 que contempla que las personas con discapacidad tienen derecho a viajar gratuitamente a cualquier destino del país.- Ley N° 4021- subsidio de carácter mensual y vitalicio a músicos mayores de 65 años, que residan desde hace por lo menos 15 años en la Ciudad y acrediten una trayectoria de 20 años. Ley N° 4.125 por el que se dispone que el Sistema Arbitral de Consumo creado por esa norma revestirá en la órbita del Ministerio de Gobierno. Ley N° 4124 -mediante el decreto 83/12- por la que se destinaba el inmueble propiedad del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sito en Bartolomé Mitre 1232 de la Ciudad de Buenos Aires, para la construcción de una sede para el funcionamiento de un CESAC de Nivel uno (1), una base operativa de SAME zona norte, el Instituto de Trasplantes y el Centro Regional Porteño de Hemoterapia. Ley N° 4119 que convocaba a la realización de un Congreso Pedagógico de la Ciudad de Buenos Aires, que se proponía reunir a todos los niveles de enseñanza de gestión pública y privada, para discutir la agenda educativa porteña. Ley N° 4094 - establecía brindar un subsidio de 50.000 pesos a la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina.- Sospechosamente algunas de ellas corresponden a los Derechos Humanos y otros a la sociedad conformada por personas con discapacidad, hechos que el actual gobierno porteño poco o nada le importa. Si bien los fundamentos de ciertos vetos parciales podrían (y lo digo en potencial) ser o no justificados, el resto lo ha sido por “razones presupuestarias” o “políticas” según el propio Jefe de Gobierno, lo que no quita que sean en muchos de los casos irrazonables y discriminatorios. Y me quiero referir puntualmente a la Ley N° 4020. Los fundamentos del veto, entre otros, son los siguientes: “la ley sancionada opta por una única tecnología –la sonora– y exige su aplicación exclusiva y uniforme en toda la ciudad, sin tener en cuenta la existencia de diferentes sistemas, equipamientos y tecnologías que pueden ser utilizados alternativa o conjuntamente, acorde con las características particulares de cada cruce, barrio o zona de la ciudad”. También: “desde la perspectiva de la seguridad vial existe una gran cantidad de cruces en los que no sería recomendable la instalación del tipo de tecnología impuesto por la norma en examen, ya que por la geometría del lugar y la contaminación acústica en el cruce, resultaría muy difícil que el peatón pueda percibir el sonido de la señal, agravando por ende la situación e incrementándose la probabilidad de accidentes”. Todo ello constituye una “chicana” para dilatar la aplicación de la ley. Todos sabemos que para los no videntes la mejor tecnología es la sonora. Pero para evitar inconvenientes en el sentido de evitar los sonidos estridentes que molestan a los vecinos durante todo el día, la solución es muy simple: 1- un mando a distancia mediante un chips incorporado al bastón o un control remoto que activa la alarma sólo al tener que cruzar. 2- También se puede hacer que los nuevos semáforos sonoros puedan regular su volumen en función del ruido ambiental evitando la contaminación acústica. Estas consideraciones podrían haber sido aplicadas en el correspondiente decreto reglamentario sin necesidad del veto. Por otro lado, podríamos darle una alegría a nuestro SuperSecretario de Comercio Interior porque quizás se podría fabricar en nuestro país y no importarlos, ya que poseemos tecnología y amplia capacidad para su implementación y si no lean sobre el “sistema de telémetro láser para ciegos” inventado y desarrollado por la Facultad de Educación Especial y Elemental de la Universidad de Cuyo (Ver P.N. N° 412 del 19/08/2010 “Sobre los inventos argentinos para personas discapacitadas”.
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