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Adm. Gustavo Karcher.

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Correo de Opinión

El universo consorcial visto desde la óptica del Tarot por el Adm. Gustavo Karcher

Siguiendo con la 1ª entrega auspiciada en el Nº 468 de Pequeñas Noticias, hoy presentamos el 2º de los 22 Arcanos Mayores del Tarot y su significado arquetípico en relación a la propiedad horizontal.

Arcano Nº 2: La Papisa (o Suma Sacerdotisa)

De acuerdo a la bibliografía oficial, las sacerdotisas oficiaban sacrificios en honor a ciertas deidades gentilicias y cuidaban los templos de cualquier amenaza; tanto fuera de orden "humano", "natural" o "sobrenatural". Pero la que vamos a describir, dado su origen, tiene otro significado.

Según el tipo de Tarot, la figura de La Papisa ("Suma Sacerdotisa" o "Isis Velada" según cada autor), sostiene un libro (o un pergamino) como simbolismo de El Libro de la Sabiduría o de los Libros Sibilinos(1). En ambos casos, representa "las reglas" que deben seguirse con cautela, en cualquiera de las formas como se exprese la realidad. Vale decir las de orden mundano, que surgen de las convenciones, o aquellas que están veladas casual o intencionalmente; lo cual está simbolizado en el velo que se halla como fondo de la baraja (o triunfo).

Esta otra cara de la realidad, aquello que está pero no se ve porque "algo" lo oculta, bien puede representar lo inconciente o el lado sutil de la realidad misma que, conforme nos educan, difícilmente percibimos.

A veces, ese imperceptible mundo que nos rodea, puede estar obrando en nuestro beneficio sin que lo sepamos, u ocultar oscuros propósitos o segundas intenciones, como suele ocurrir en todo acto o situación. En definitiva, nos muestra lo engañoso de las reglas establecidas, la fragilidad de confiar ciegamente en ellas, y el precio que puede pagarse por descubrir el engaño y revelar la verdad; sea ésta externa (el entorno) o interna (self o "sí mismo"); a favor o en contra, de algún sujeto o grupo humano.

También, y dado que es una figura femenina, representa el ánima (arquetipo(2) de lo femenino), la protección, la intuición, la fe ciega y el principio de conservación de las especies.

Origen del arquetipo

Su nacimiento como arquetipo se remonta a un hecho conocido como "La Papisa de Visconti", pero su historia viene desde mucho antes.

Según nos cuenta la leyenda, a lo largo de la Edad Media, una mujer llamada Juana llegó a ser elegida para ocupar el trono papal. A tal punto que disfrazada de hombre durante años, la supuesta "papisa" fue ascendiendo en la jerarquía eclesiástica hasta llegar a la cima, para terminar muriendo de parto durante una celebración pascual.

Esa es, en sí, toda la leyenda respecto a la papisa Juana. Pero fuera como fuese y dudas mediante, la Papisa Visconti fue real según cuentan los libros.

A fines del siglo XIII, un grupo italiano al que se conocía como los "guglielmitas"(3), creía que su fundadora Guglielma de Bohemia (muerta en 1281), resucitaría en 1300 y con ella, comenzaría una nueva era en la cual las mujeres accederían al papado.

Anticipándose al momento, estos espiritualistas místicos eligieron como primera papisa a una dama llamada Manfreda da Pirovano de la rama de los Visconti; herejía ante lo cual (literalmente) el tribunal de la Santa Inquisición puso término en 1300 quemando a la hermana Manfreda sin el menor reparo. Unos cien años más tarde, la misma familia Visconti encargaba el primer mazo de naipes de Tarot tal como lo conocemos.

De este "sacrilegio" femenino de profanar las reglas masculinas mediante el artilugio y el engaño en pos de la fe, nació el arquetipo, que en honor a la verdad, y tal como puede apreciarse, reúne varios arquetipos afines subordinados.

Pagar el precio

Osho(4) solía decir que todos queremos ser felices y vivir bien, pero pocos estamos dispuestos a pagar el precio. A ello agregaríamos "conocer la verdad", cualquiera sea su especie.

Si asociamos el libro (o papiro) que en los triunfos del Tarot la Papisa porta en su mano izquierda (símbolo de la intuición y el principio de lo femenino o Yin) con el mito de los libros sibilinos, veremos que aquí se expresa claramente lo anticipado en el subtítulo. Pero también el arquetipo nos muestra lo engañoso de las reglas establecidas y el precio que puede (o debe) pagarse por descubrir el engaño y revelar públicamente verdades reservadas; sean éstas de carácter supremo (lo existencial), mediático (el entorno) o íntimo (sí mismo).

Conforme las reglas generales son el statu quo imperante que sostienen lo consensuado por el establishment, (el "deber ser", como convencionalismo social y cultural), éstas tanto como las particulares (convenios, normas y estatutos) pueden resultar no más que mero engaño, un fraude de la realidad, pura apariencia; susceptible de ser "des-velado", por la mirada de quien percibe la esencia de las cosas (la intencionalidad).

Pero esa "mirada" no convencional, indudablemente tiene un precio; generalmente muy caro. Y es el que suelen pagar aquellos que, superponiéndose a tabúes, pecados y restricciones, muestran la verdad públicamente, "desvelando" el misterio. Profanando lo prohibido.

Tanto la historia como la mitología, abundan en ejemplos. Prometeo, en la mitología, fue castigado por los dioses al robarles el fuego del conocimiento y ponerlo a disposición de la humanidad. O Adán y Eva, cuando fueron echados del Paraíso por comer de fruto prohibido de la sabiduría. En la historia: los Curie, descubridores de las propiedades del Radio, murieron a consecuencia de ello. Galileo Galilei ya es casi mítico; y la lista de ejemplos resultaría interminable.

También es el precio de "ver" (comprender) y "mostrar" (revelar) lo que oculta el velo social, que sustituye lo real por lo aparente; lo auténtico por lo simulado; o el de romper con la tramoya de las ambigüedades y el doble discurso. Y tal es así, que los propios psicoanalistas requieren de un supervisor que los contenga ante sus revelaciones terapéuticas.

Lo que se ve, no siempre es lo real

En esta carta, el simbolismo de lo relativo en las percepciones de las cosas y los hechos, está representado por las fases de la Luna (en la tiara pontificia de la Papisa que ilustra la estampa). Teniendo en cuenta que la Luna no tiene luz propia sino que es el reflejo espectral del sol, "su luz" tanto como "su sombra", son mera apariencia; un artilugio de la naturaleza.

Este principio lunar femenino se resume en tres estados: mostrar, esconder y simular. Y asociando aquello que dijéramos del libro sagrado que porta en su mano izquierda, advierte que sólo muy pocos podrán percibir lo aparente de lo real, y actuar conforme lo que le dicte su intuición.

El temor a lo desconocido y la vergüenza del saber

Dadas las convenciones, tabúes y prohibiciones que rige la cultura(5), el común de la gente prefiere asumir la mentira como verdad absoluta e incuestionable, por temor a lo desconocido y la incomodidad de correrse de lo convencional. Prefiriendo —en todo caso— moverse conforme al adagio que dice "más vale malo conocido, que bueno por conocer".

En uno de los capítulos de Los Expedientes X, Fox Mulder le dice a su compañera Dana Scully: "la persistencia de la ignorancia, termina siendo tan aceptable como la verdad".

Ya en otra instancia, dentro de la mitología, Edipo se lacera los ojos por "haberse visto a sí mismo" como artífice de su propia desgracia; y el siniestro Goebbels, ministro de propaganda nazi, decía dos frases paradigmáticas: "miente, miente; que algo queda" y... "una mentira repetida ciento de veces, se convierte en una verdad". En otro orden de cosas, George Orwell escribe dos libros que apuntan al mismo paradigma de la simulación y el engaño por el poder: "Rebelión en la granja" y "1984". En tanto Menem, en 1989 decía cínicamente: "si yo hubiera dicho lo que iba a hacer, nadie me hubiera votado". A confesión de parte...

De modo que —en honor a lo cierto— el vulgo prefiere que se le mienta, siempre y cuando no se lo saque de la comodidad que descansa en la ignorancia. O dicho de otra manera: prefiere dejar las cosas como están, no innovar, mantenerse dentro de las convenciones, ser conservador; para evitarse la ansiedad, el miedo y la inquietud que representa el velo de este Arcano Mayor, que separa figura de fondo, y representa el principio de incertidumbre.

Cómo se expresa este Arcano en la propiedad horizontal

En la propiedad horizontal, este principio femenino representado por el arquetipo de la Papisa desde el lado "claro", se expresa de la siguiente manera:

* Cuando todo está acorde a su energía y ésta fluye libremente, las cosas son claras, no existen ambigüedades ni apariencias. O como diría el guestaltista alemán Fritz Perls: "el río fluye porque es río, no hace falta empujarlo". Un caso muy común lo hallamos en los reglamentos de copropiedad y administración, al cual se circunscribirán todas las escrituras traslativas de dominio y será la piedra angular donde se apoye el anima iuri(6) del consorcio. Un buen reglamento predispone a un buen comienzo y subsistencia pero cualquier ambigüedad o contradicción, puede resultar en estigma y viciar los actos administrativos arbitrariamente. Condenar el futuro de los copropietarios.

* Las liquidaciones de expensas expresan cabalmente la realidad. Los arreglos que figuran son los reales y necesarios que el consorcio debe afrontar a través del administrador para mantener el sano equilibrio. Es decir que hay correspondencia entre lo real y lo figurado.

* Las cuentas son claras; siempre dan; y las obligaciones para con terceros (proveedores y normativas oficiales) están al día y en armonía. Lo que el administrador dice y hace, coincide con la verdad y no difiere para nada con la percepción de los copropietarios.

* Los copropietarios se sienten representados y protegidos por sus pares, por el consorcio mismo, el Estado y el administrador. Vale decir que el principio de maternidad se expresa naturalmente, y el mandato conserva el sentido que le da la tradición, o sea que el mandatario responde por lo mandatado; y rige también el principio de la buena fe, que es la esencia del arquetipo de la Papisa.

La otra cara de la moneda

Pero también existe el lado "oscuro" de este arquetipo; lo que está detrás del velo que se halla "a espaldas" de la Papisa, o lo que no refleja fidedignamente lo escrito en el libro que la misma tiene en sus manos:

* El administrador hace "borradores" con la excusa de una mejor prolijidad al pasarlo en limpio al libro de actas, y después aparecen sorpresas que van entre la desaparición de lo dicho; adulteración del sentido o desaparición de conceptos relevantes.

* Algunos miembros del consejo de propietarios simulan sumarse para colaborar, pero en su fuero íntimo, "ocultan" otras intenciones.

* El encargado hace "changas" particulares en sus horas de trabajo y los beneficiarios lo encubren.

* El abogado que nos representa hace lo que él quiere y no lo que acordamos. O nos pasa honorarios que no eran lo pactado en tanto trata de disfrazarlos mediante artilugios leguleyos.

La lista sería interminable, pero ilustra suficientemente el significado del arquetipo de La Papisa: "la preservación o violación de las reglas, y el encubrimiento o desenmascaramiento del engaño en aras del poder".

En muchos casos, en algunos consorcios, las cuentas no son todo lo claras como debieran; dos más dos da menos cinco o triquiñuela; los actos del administrador generan dudas o incertidumbre; y los copropietarios sienten una extraña sensación de inquietud; como si algo inesperado fuera a ocurrir, o ya está ocurriendo por debajo de los planos de percepción del común de la gente, y pese a la calma chicha reinante. Todo será cuestión de correr el velo y prepararse para las sorpresas. Pero: ¿quién será el que se atreva a semejante patriada? Ese es ya otro arquetipo; expresado por otro arcano.

El regalo inesperado

En algunos casos sucede que por alguna razón un administrador es reemplazado por otro (problemas de salud, disconformidad de los copropietarios, etc.) y el nuevo, al asumir, "descubre" que dentro de las apariencias de normalidad (o límites de lo anormal medianamente tolerados por la mayoría de los copropietarios) las cosas no eran tal como se mostraban, o resultaron "peores" que lo temido, o aquello a lo cual estaban acostumbrados a ver y/o tolerar.

Descubre —por ejemplo— que en algún momento "despareció" el original del Reglamento (entre otros libros o documentación del consorcio) y "nadie se dio cuenta"... o el ex administrador no se los advirtió. O lo que es peor aún: sí se lo dijo, y hasta figura en actas; pero luego nadie hizo nada, con tal de no mover un dedo (el administrador) o no gastar más de lo aceptado (los copropietarios). Habiendo entonces entre ex administrador y copropietarios, una suerte de pacto de silencio en detrimento del consorcio (como sujeto jurídico) que dio tácitamente el aval al administrador saliente para hacer de su mandato, un verdadero mamarracho.

También puede descubrir que por años el ascensor estuvo funcionando sin habilitación (complicidad triple de Estado/Copropietarios/Administrador), o que no sólo se extraviaron libros como el de administración, sino que nunca fue tramitado o si es que lo recibe, descubre que jamás fue completado o se lo completó "a la sans façon(9)".

Otra de las sorpresas con las que suele toparse el nuevo administrador es que existían obras irregulares (contraviniendo reglamento o normativas oficiales), o que los propios consorcistas asumieron como "cosa regular", poniendo en riesgo al propio consorcio y —en algunos casos— la seguridad de los transeúntes; interna o externamente.

O descubre (siempre el nuevo administrador) que se le debe una fortuna al fisco en aportes y cargas sociales (o al sindicato) en tanto las liquidaciones reflejaban "otra cosa"; o se simularon arreglos o pagos de proveedores; o más aún: se dejaron colgados varios pagos a terceros y nadie sabía nada porque todos se confiaron a suerte y verdad y prosperó la desidia; vale decir que nadie se desveló por controlar, aunque más no fuera irregularmente, los actos administrativos. A riesgo de correr con la cuenta de tal negligencia, o lo que es más triste: a cambio de que el saliente se quedó con dinero ajeno y "¡andá y si podés, cobrale!".

Este "descorrer el velo" y poner en evidencia lo aparente (puede ser accidental o voluntario), muchas veces genera una reacción en cadena en donde el odio hacia el ausente, al no poder canalizarse por la vía correcta y sobre el blanco preciso, recae sobre quien destapó la olla a cuenta y riesgo de que el colectivo, "mate al mensajero" por la calidad del mensaje o confundiéndolo con éste. ¿Y cuál es el mensaje? De que fueron burlados en su buena fe, lo cual "se muestra crudamente" al haber corrido el velo de la realidad. Pero si nadie quiere correr con la vergüenza de su propia torpeza o candidez, nada garantiza que la historia se repita puesto que "el humano, es humano pese a su buena voluntad y sus declaraciones de principio". ¡Ecce homo!(8)

Buscándole el pelo al huevo

También tenemos aquellos casos en donde —si bien el administrador está llevando bien las cuentas y haciendo lo correcto— nunca falta algún extremista con vicios de héroe que le busca la 5ª pata al gato... o "el pelo al huevo" como se dice. Entonces hace correr infundados rumores de que el administrador roba; o infla los presupuestos; o que administrador y consejo están "entongados"; o que el encargado es el soplón del administrador; o que éste hizo poner "negligentemente" los matafuegos a 2,50 metros y no a 2,55 como marca tal norma; subrayando bien la palabra para que no queden dudas de que el otro es un auténtico papanatas y él, "el rey del jaque mate". Ya lo dijo un refrán alemán: "el diablo está en los detalles".

Este afán de protagonismo o "heroísmo de barro", genera tal inquietud y desvelo entre los consorcistas, que todo se torna incierto y el administrador, que obró de buena fe y conforme a su mandato, pasa a representar poco menos que la encarnación de Belcebú aquí en la Tierra, en ese (y sólo ese) consorcio.

Final a toda orquesta

Por último, está el Estado; con sus normativas, plazos y obligaciones. Su poder de policía y su voracidad fiscal. En donde en algunas leyes o disposiciones, con apariencias de "protección al ciudadano" o "al consumidor", y a través de algún órgano de aplicación que recibe órdenes "del más allá", enmascara de buenas intenciones sutiles negociados corporativos y obligan a los consorcios (a través del administrador y su vulnerabilidad jurídico-extorsiva) a cumplir con dichas normas a riesgo de ser sancionados económicamente. Ocultando aquel principio del derecho que impone diferenciar la cosa pública de la privada; metiéndose impunemente dentro del edificio convertido ahora en "coto de caza", a través de obligaciones indirectas impuestas al administrador, a riesgo de poner en juego su registro, su buen nombre y su honor. Violando, de esta sutil manera y por imperio de la ley, la bona fide(9) de los copropietarios y el propio administrador, a través de un velo jurídico omnipotente e incuestionable. Convirtiendo en fetiche y tabú, cada una de sus imposiciones o exigencias a las que el conjunto deberá rendir culto de fe, o tributario según las circunstancias.Envíe desde aqui su comentario sobre esta notaVolver al indice

Gustavo Karcher/.

Administrador

RPA (CABA) 6807

(11/08/2012)

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NOTAS

1) Libros Sibilinos. Libros mitológicos y proféticos de la antigua Roma. La sibila de Cumas se presentó en cierta ocasión ante el rey romano Lucio Tarquinio el Soberbio como una mujer muy anciana y le ofreció nueve libros proféticos a un precio extremadamente alto. Tarquinio se negó pensando en conseguirlos más baratos y entonces la sibila destruyó tres de los libros. A continuación le ofreció los seis restantes al mismo precio que al principio; Tarquinio se negó de nuevo y ella destruyó otros tres. Ante el temor de que desaparecieran todos, el rey aceptó comprar los tres últimos pero pagó por ellos el precio que la sibila había pedido por los nueve. Estos tres libros fueron guardados en el templo de Júpiter en la ciudad de Roma y eran consultados en situaciones muy especiales. Son los llamados Libros sibilinos. Estaban escritos en griego, en hojas de palmera, que posteriormente pasaron a papiro. | FUENTE: Wikipedia.

2) Arquetipo. Del griego "arjé" ("fuente", "principio" u "origen"), y "typos" ("impresión", "modelo" o "matriz"), es el patrón ejemplar del cual se derivan otros objetos, ideas o conceptos, pero con la peculiaridad de tener carácter simbólico significativo. Según Jung, es una formación paradigmática del inconciente colectivo de carácter simbólico y universal. Al igual que los mitos, expresa patrones de comportamiento de carácter simbólico de todos los seres animados. 

En la filosofía de Platón, expresan las formas sustanciales de las cosas que existen eternamente en el pensamiento divino. Son perfectas e inmodificables.

3) Guglielmitas. Ver Wikipedia (en portugués): https://pt.wikipedia.org/wiki/Guglielma_da_Bo%C3%AAmia

4) Osho (11/12/31-19/01/90), nació en la India con el nombre de Chandra Mohan Jain. Conocido también como Acharya Rajneesh en los años sesenta; como Bhagwan Shree Rajneesh en los años setenta y ochenta; y como Osho desde los noventa; fue un profesor de filosofía místico, gurú y maestro espiritual que obtuvo seguimiento internacional. Murió como consecuencia de presunto envenenamiento por manos de la CIA.

5) Tótem y tabú. Freud, Sigmund. Obras completas de Sigmund Freud. Volumen XIII - Tótem y tabú, y otras obras (1913-1914). Traducción José Luis Etcheverry. Buenos Aires & Madrid: Amorrortu editores. ISBN 978-950-518-589-4.

6) Anima iuri. Vocablo latino que expresa el concepto nuclear esencial que subyace en toda ley que rige la voluntad de los seres y las cosas. Por el contrario de la "Mónada" (formas del ser substanciales, inmutables y eternas) de la filosofía de Leibnitz y del átomo de la física clásica, el anima iuri puede "nacer, permanecer, mutar y desaparecer" conforme al contexto.

7) Sans façon. Expresión francesa que significa, literalmente: "poco ceremonioso". También: con descuido; falto de preocupación; sin mayor responsabilidad. "A la que te criaste", en criollo rioplatense.

8) Ecce homo. "Del lat. ecce, he aquí, y homo, el hombre. Según traducción vulgar del pasaje 27:24 de Mateo en la Biblia. | RAE: https://lema.rae.es/drae/?val=eccehomo 

9) Bona Fide. Expresión latina que significa "buena fe". En Derecho, la buena fe es un principio consistente en obrar conforme a lo correcto entre partes interesadas, sea en un acto, contrato o proceso.

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Este texto no ha sido corregido por la redacción a pedido del autor

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