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Correo de Opinión Maltrato, desidia e incomprensión hacia las personas con discapacidad (I) por el Sr. Raúl Guinzburg Hoy comenzaré a encarar una serie de artículos sobre el maltrato que reciben las personas con discapacidad al realizar algunos trámites, la desidia de los empleados encargados de su atención y la incomprensión de muchos funcionarios, empresarios e incluso legisladores. Empiezo con las múltiples peripecias que pasan al tratar de solicitar o renovar los Certificados de Discapacidad. En el año 2006 mediante un convenio Marco N° 10, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se hizo cargo de emitir los certificados de discapacidad para los habitantes de la metrópoli, que hasta ese momento lo realizaba el Servicio Nacional de Rehabilitación y Promoción de la Persona con Discapacidad, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación. Este último organismo dictó el Decreto Nº 795/2007 y la Resolución Nº 1562/MSGC/2007 en la cual se encomendó al Ministerio de Salud de la Ciudad emitir los certificados consignados y establecieron los hospitales que los emitirían con validez en toda la jurisdicción Nacional y quedó reservada la atención de las personas con discapacidad del interior del país al Servicio Nacional de Rehabilitación. (PN. n°346). Ya en su oportunidad había advertido sobre las deficiencias de la aplicación en los hospitales de la ciudad y las promesas incumplidas (PN. N° 394). También su aplicación en las distintas provincias del país que aunque no se adherían a la ley deberían adoptar criterios uniformes para la evaluación y certificación de la discapacidad. (PN. n°401).- Los ejemplos son los siguientes: para las discapacidades múltiples como viscerales, visual y motora, las disposiciones dicen "En caso de tener más de un tipo de discapacidad: - Si una de las discapacidades es motora, se deberá tramitar el Certificado en el Hospital Rocca o IREP. - Si se presenta ceguera y otras discapacidades (incluida motora), se deberá tramitar el Certificado en el Hospital Santa Lucía. - Siempre se tomará en cuenta la discapacidad que predomina". El problema es que lo de la discapacidad que predomina debe entenderse como la que da origen a las demás pero es una expresión desafortunada, porque no siempre es así. Por otra parte, hay que concurrir a distintos centros hospitalarios para acreditar las discapacidades. En el caso comentado hay que ir al Santa Lucía donde entregan formularios para que los llene el oftalmólogo. Lo mismo en el Rocca y en el lugar que corresponda para lo visceral. Sería una junta médica para cada afección, y que después el Santa Lucía reúne todo en un solo expediente. Esos trámites obviamente requieren un esfuerzo físico, máxime no teniendo a nadie que pueda realizar los trámites ya que el mismo es personal, aparte de las erogaciones por transporte y tiempo. Pero otros fundamentales son la demora en la adjudicación de turnos y el espacio físico y los horarios de atención. En el Hospital Santa Lucia el horario de atención es de 08.30 a 13.00. En el Hopital Penna (viscerales) la cola para sacar turno es los lunes a las 7 de la mañana y el lugar donde está ubicado es peligroso porque Parque Patricios no es una zona agradable de transitar a las 4 de la mañana (hora necesaria si uno quiere conseguir número). En este hospital se atienden a las personas con discapacidades viscerales, enfermos respiratorios con mochilas de oxígeno, cardíacos, oncológico, etc. y que deben hacer la cola a la intemperie, con lluvia o con el sol del verano Si se reclama por esa situación se les contesta que hay aleros cerca, pero no donde se hace la cola y son llamados, y con o sin aleros es una situación no sólo desagradable sino que configura un maltrato. También se les comunicó que no daban turnos hasta tanto el certificado no estuviera vencido. Otra de las aberraciones ya que si, atento a las dificultades existentes, el expedir un certificado tardaba tanto tiempo los pacientes no tienen cobertura en sus obras sociales para medicamentos, insumos, prestaciones especiales, etc. etc. Otro caso informa que en el Hospital Alvear para pacientes con discapacidad mental (en éste epilepsia) entregaban 50 números los lunes por la mañana, por lo que había que estar varias horas antes. Una vez conseguido había que asistir a una entrevista con un psiquiatra en la calle Moreno al 100 quien solicitó la HC. al Hospital Ramos Mejía el cual tardó en llegar unos 20 días. Agrega a esto las consultas médicas, los estudios de EEG., etc. y en definitiva se tardó 4 meses en obtener el respectivo certificado. Por otra parte, no hay un criterio unificado para la atención de las personas con discapacidad, ya sea por los horarios o por los días de atención Se comentó que hay hospitales que dan turnos para especialidades por teléfono (Piñero, por ejemplo) y que en el teléfono 147 también, pero confirmado por el suscripto, mediante "chat", esto no es correcto. Los turnos no se entregan ni telefónicamente ni por correo electrónico, sólo se entregan personalmente. En provincia cada jurisdicción tiene sus propias reglas, pero tenemos información que en el Hospital Thompson de San Martin tardan 6 meses en dar un turno. También comento el caso ocurrido en el Hospital Santa Lucía con referencia a la incomprensión de los empleados que atienden en ventanilla: reiteración obsesiva de saber si el solicitante vivía en la capital, quedándose tranquila cuando se le informó en qué barrio. Luego al haber extraviado el certificado de discapacidad original se le mostró la denuncia policial, a lo que la empleada le recriminó el por qué lo había perdido a lo que la damnificada contestó que "como pierde cualquier persona el DNI". Recién allí se hace entrega del formulario de solicitud de junta médica y las instrucciones de la documentación a entregar (los estudios que avalen la discapacidad visual y fotocopias de DNI, recibo de cobro, carnet de la obra social, etc.). En fin, o hay desidia en algunos de los casos detallados o hay falta de preparación de personal y autoridades de los centros de salud señalados. Por último, quiero agregar que una de las grandes aberraciones del proyecto instaurado en los hospitales de la ciudad es que contrariamente a lo que sucedía en el Servicio Nacional de Rehabilitación en que el correspondiente certificado se entregaba inmediatamente después de la entrevista con la Junta Médica, hoy hay que retirarla posteriormente. Lo que llama la atención es que habiendo un Organismo Asesor de la Discapacidad del Gobierno de la Ciudad y que no debe ignorar estos inconvenientes, no haya tomado intervención en el tema. Se trata de COPIDIS-Comisión para la Plena Participación e Inclusión de las Personas con Discapacidad, hoy a cargo de la Secretaría de Hábitat e Inclusión
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