Sr.
Director de Pequeñas Noticias:
La
prueba es que el SUTERH y las tres cámaras de administradores
(CAPHyAI, UADI y AIERH) se reunieron para hablar de
nosotros: los consorcistas. ¿Para qué? Para decidir en un acto muy
democrático que tenemos que pagarle a nuestro encargado la
bonita suma de 1.200 pesos en el próximo mes de abril y otros
1.200 en el mes de mayo de 2015. ¿Por qué? Porque en toda buena
democracia los acuerdos firmados con anterioridad no tienen
ningún valor para una de las partes, en este caso, el gremio.
Estos
señores se olvidan que en el mes de mayo de 2014 firmaron un acuerdo que
se vencía en mayo de 2015, o sea que faltan 2 meses para que
se cumpla ese plazo. Se olvidan de cumplir con su palabra
y no le dan valor a los acuerdos que firman. Qué
lástima que por unos pesos quede tan expuesto un gremio grande, que
gracias a que no tenemos representación legítima, se ha abusado
de nosotros, sin importarle que en estos edificios vivan ex trabajadores -los
jubilados- que aportaron y siguen aportando. Les han cercenado su derecho
a recibir una jubilación digna porque el gobierno de turno
les vetó 2 veces lo que le ordenaba la Corte Suprema, la
Constitución y los Derechos Humanos: el pago del 82%.
Con
un ejemplo así y con gente que procede con el mismo criterio, es difícil
creer que estamos en una república. Pero si este proceder del gremio es aberrante,
el colmo ha sido la iniciativa de una de las cámaras que
dice ser nuestra representante para defender nuestros derechos, se
supone. La cámara, en un alarde de ingenio justiciero, le propuso al
gremio que -ya que estaban- nos cargaran también a los consorcistas el
pago del seguro obligatorio, que nos representa una erogación del 1%
del sueldo bruto del trabajador, agregado a lo anterior. Este beneficio se
lo debemos agradecer a la CAPHyAI, que fue la de la iniciativa
y que enseguida tuvo la aprobación de las otras dos (UADI Y AIERH).
Y qué decir de los rebosantes gremialistas que no sólo les aprueban
todos los aumentos, sino que también aportan ideas brillantes.
Si
esto sigue así y nadie le pone un freno, vamos muy mal.
Quejarse después sería ocioso porque la culpa no es sólo del
chancho
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Teresa
Villanueva
ACCABA
Asociación
de Consorcistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
(17/03/2015) |