[BPN-12/11/15]
Estas líneas las dirijo a aquellas personas y/o asociaciones que en sus
conductas y/o en sus estatutos exponen la intención de representar a
aquellos que viven en propiedad horizontal.
Mi
intención es solicitarles que, luego de años de actuar individualmente,
evalúen una acción conjunta en defensa de esos millones de personas que
-tanto como propietarios o inquilinos y reconociendo la existencia de
intereses antagónicos entre ellos- ven cómo se limita su capacidad
decisoria y se afectan sus ingresos día a día.
Debemos
tener una representación genuina porque:
-No
creo equivocarme demasiado si digo que el Impuesto Inmobiliario y las
diversas tasas vinculadas a los edificios se ajustan año a año para
financiar la estructura del GCBA, hecho válido, racional y necesario.
Pero
concomitantemente se han impuesto nuevas exacciones fiscales (tasas y
multas) tanto a consorcios como a administradores, que alimentándose de
nuestros patrimonios, nunca contemplaron la creación de un fondo
específico solidario para ayudar a solucionar las falencias consorciales
que ellas identifican.
En
cambio, el destino de esos fondos fue orientado hacia dependencias
públicas, desplazando simultáneamente la responsabilidad implícita al
sector privado, tanto en cabeza de los administradores como de los
consorcios.
-No
creo equivocarme demasiado si digo que en estos últimos años se han
implementado medidas para hacer más segura la vida consorcial, objetivo
de por sí racional, generando incrementos en las expensas aunque los
resultados que se esperan no han sido debidamente evaluados ni
explicitados.
También
es importante que conllevan altos y/o innegociables costos y que los
mismos son direccionados hacia un universo acotado de proveedores o hacia
la misma organización pública que los impuso.
-No
creo equivocarme demasiado si digo que ahora somos personas jurídicas
pero que seguimos sin tener representación patronal fundada en nuestra
propia elección.
Antes
y ahora la ejercen otras personas jurídicas, ni elegidas, ni apoderadas,
que no son afectadas directamente por las decisiones que suscriben
provocando que la balanza se desequilibre, paulatinamente, a favor de la
contraparte en la relación laboral.
-No
creo equivocarme demasiado si digo que a partir del nuevo CCyC se
está tratando de coartar el derecho de disposición sobre algunos bienes
comunes de los consorcios e imponer la solidaridad individual de los
consorcistas, queriendo también afectar nuestros bienes propios para
respaldar los reclamos efectuados contra el consorcio, sin que surja una
reacción tendiente a poner límites por la ausencia de esa misma
representación.
-No
creo equivocarme demasiado si digo que los consorcistas son los
mayores inversores en infraestructura de la CABA, que conforman uno de los
principales grupos de empleadores (directos o por solidaridad), que los
consorcios participan en un monto elevadísimo de transacciones
comerciales y que siempre están. No se mudan ni desaparecen, por lo que
jamás evaden sus responsabilidades. Aun así estamos lejos de participar
en las decisiones que nos afectan.
-No
creo equivocarme demasiado si digo que es necesaria una genuina
representación que, en cabeza de los más representativos consorcistas,
nos permita ser escuchados y ser parte en las negociaciones.
Es
posible que no haya reparado en muchos otros ítems que aquellos a los que
dirijo estas palabras sabrán identificar basados en la experiencia
adquirida a través de los años.
Volviendo
a las primeras palabras: "detenerse para avanzar…" sería
auspicioso que pudieran detener un instante el andar individual para
analizar cómo avanzar unidos en la búsqueda de una representación
consorcial que interactúe ante esos terceros entes que hoy determinan
nuestro presente y nuestro futuro, pero sin considerar la realidad que
enfrentamos puertas adentro