En general,
no acostumbro escribir editoriales, pero hace ya un tiempo que me están
rondando por la cabeza algunas ideas que me molestan y quiero compartirlas
con ustedes.
Hace ya un tiempo que vengo
observando que grandes multimedios de información están insistiendo
con notas "periodísticas" adversas a los administradores de
consorcios, no a la profesión, sino a los que la ejercen. Estas notas
están dirigidas a la gran masa de lectores de estos diarios, entiéndase
por esto a los propietarios de departamentos que viven en edificios de
propiedad horizontal. O sea que los propietarios, los clientes de los
administradores, tienen oportunidad de leer cada tanto que los
profesionales que llevan adelante la gestión de administración en sus
edificios están embarcados en esta u otra práctica deshonesta, que
cobran tanto más o menos en concepto de honorarios o que las expensas
que se cobran oscilan entre cifras que parecen irrazonables. Estas notas
son muy festejadas por mucha gente que piensa que esta es una manera de
"transparentar" la profesión.
No tuve claro, por bastante tiempo,
qué se ganaba en perjudicar al público de administradores cuando toman
unos pocos casos de deshonestidad (que nadie discute que existen) y lo
generalizan a todo el gremio o cuando realizan tablas de costos de
expensas por barrio y metraje, sabiendo que no son las únicas variables
que se manejan, para demostrar lo arbitrario de lo que "cobra el
administrador". Me hizo acordar a la campaña de desprestigio que
se realizó con Segba o con Entel y (un poco menos) con Gas del Estado
cuando se gestaba la voluntad política de privatizar estas empresas y
todos sabemos en qué condiciones se privatizó, quién se benefició,
quién perdió y cuánto nos costó.
¿Y si la intención, en este caso,
fuera favorecer a empresas extranjeras que ofrecerían una expensa fija,
según una tabla por zona? Probablemente nos sonriamos y pensemos que no
va a funcionar, pero aquí no se trata de que funcione, si en un
principio se hacen de un porcentaje importante del parque de edificios,
hasta que el cliente se de cuenta que no funcionó toda una profesión
que estaba en manos de gente trabajadora se destruyó o sufrió un golpe
muy severo. Todo el mundo sabe que las campañas de opinión pública se
compran como cualquier otro bien de consumo... ¿y si existiera un
convenio entre multinacionales y ciertos medios para descalificar una
profesión que solo en la Capital Federal agrupa más de 4000 familias
para hacerse de ese mercado? Si fuera así, luego de un tiempo de
insistirle al público con una visión tendenciosamente negativa de la
profesión aparecería la solución de la mano de una
"tradicional" empresa europea, de un banco americano de
"proba trayectoria" o cualquier otra receta mágica de este
estilo.
Por otra parte, las cámaras y
agrupaciones que nuclean las administraciones de consorcios, frente a
esta campaña aparecen, en forma inexplicable, confundidos. En lugar de
defender con firmeza a sus asociados, apoyar a aquellos que actúan
correctamente (la mayoría) y acusar a los pocos transgresores que
pudiera haber, mandan mensajes confusos a los propietarios y éstos a la
larga terminan por entenderlos como aceptaciones y/o confirmaciones que
las excepciones son la generalidad.
Yo, por mi formación, tengo una fe
ciega en el poder y la capacidad de la clase media. Creo que, toda
junta, genera mucho más empleo (y en mejores condiciones) y aporta
muchos más impuestos que las grandes multinacionales y esta profesión
es netamente ejercida por la clase media. Hay que defenderla.
Estoy muy preocupado porque hasta
ahora se escucha una sola campana, no se escucha a nadie que se oponga,
que discuta, que reclame o que defienda al gremio.
Este caso es igual al que enfrenta
un administrador cuando llama a asamblea y no baja nadie. Cuando se
toman las decisiones, aquellos que no bajaron se quejan y reclaman por
las medidas tomadas, cuando en realidad lo conveniente hubiera sido
participar del tema de interés y hacer valer su opinión. Esto los
administradores lo saben bien. Aquí es igual. Tenemos que defender
nuestra fuente de trabajo, participar, opinar, discutir, pelear. El que
calla otorga. No dejar que unos pocos, en una maniobra de marketing,
causen un perjuicio tan grande a nuestra gente.
Yo les puedo ofrecer a todos, sin
excepción, desde Pequeñas Noticias y el Boletín de Pequeñas Noticias
un espacio para expresarse, debatir y compartir con sus colegas sus
preocupaciones, expectativas y soluciones. Todas las participaciones serán
publicadas. Aprovechemos los adelantos tecnológicos para defender lo
nuestro.
Les deseo a todos lo mejor para este
año que ya comenzó.
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