Pan
para hoy....
Este
último fin de semana el Congreso de la Nación trató de urgencia la Ley de
Emergencia Pública y Régimen Cambiario que con nuevas medidas económicas
trata de solucionar parte de la crisis económica y social por la que
atraviesa el país.
Cualquier medida que esté comprendida en esta nueva ley requerirá de un
sistema que permita implementarla y controlar su cumplimiento. Está claro que
el papel del estado no sólo es el de crear las reglas de juego en las cuales
se desenvolverá la actividad de la nación sino también la de vigilar y
castigar a aquellos que no las cumplan, dado que éstos están causando un
perjuicio al bien común. Para hacer cumplir la ley los estados, y entre ellos
el nuestro, disponen de diferentes instituciones que controlan prácticamente
todos los ámbitos de la actividad nacional: la AFIP, la gendarmería, la
policía, la aduana y otros. Estas fuerzas disponen de agentes en la calle
que, en algunos casos, obligan a cumplir las disposiciones vigentes y en otros
labran actas de infracción para que la institución aplique la pena prevista
para esa trasgresión.
¿El
Estado Argentino con quién cuenta para cumplir con esa tarea?
Cruzar
un semáforo en rojo le puede costar al
infractor $10.- de coima al policía de la esquina y hasta
$100.- si el agente de la ley es motociclista.
Argentina fue
considerado no hace mucho, y tras muchos esfuerzos, un país libre de aftosa.
A causa del ingreso ilegal del Paraguay de ganado infectado con este mal, esta
calificación se anuló y afectó todas las exportaciones de carne al exterior
causando perjuicios multimillonarios al sector. ¿Cuánto cobraron los
gendarmes que miraron para otro lado mientras pasaban los animales infectados
por el sector que debían vigilar? ¿$1000? ¿$100? ¿$10? ¿Qué parte
recibieron sus jefes?
¿Cuánto
cuesta liberar una zona de la Capital Federal o del Gran Buenos Aires para
robar? ¿El 50% de lo sustraído? ¿El 30%? ¿Y para vender droga? ¿Cuánto le cuesta una
parada a una prostituta? ¿Cuánto sale mantener un negocio de quiniela
clandestina?
¿Cuánto
cuesta la sentencia de un Juez de la Nación? Alguien me dijo, sobre un caso
que le sucedió, que hay jueces que cobran un 10% del valor en litigio.
Eso
no quiere decir que todos los funcionarios son corruptos, pero la impresión
es que el porcentaje que lo son es de tal magnitud que no podría haber
ninguna posibilidad de poder utilizar estas fuerzas para la finalidad que fueron
creadas.
Si
el Congreso estudia aplicar restricciones o aranceles aduaneros deberá contar
con el trabajo de la Policía de Aduanas. Aquí el tema es hasta divertido,
porque todos sabemos exactamente qué se puede esperar de los agentes y la
policía aduanera locales.
Un
amigo de muchos años, que supo trabajar como gerente de una empresa textil,
(cuando existía ese sector) me contó que un día se le acercaron dos
oficiales de intendencia del Ejército Argentino con una propuesta para el dueño
del establecimiento: proveer de ropa interior militar al ejército teniendo en
cuenta que habría un retorno del 25% para quienes aprobaran las partidas.
También indicaron que se debía facturar sobre una tabla de precios que
aportaron, que estaba inflada en un 300%.
-¿Por
qué pedían que les cobraras tres veces más de lo que vale? Le pregunté a
mi amigo extrañado.- ¿Qué ganan ellos?
-Porque
no es lo mismo cobrar un retorno del 25% sobre un peso que sobre tres. –Me
contesto con impaciencia ante mi ignorancia.
Aquellos
que alguna vez vivieron en el campo saben que donde hay plantaciones de
girasol aparecen las cotorras a comer las semillas. Tienen por costumbre
picotear las que se encuentran en el medio de la flor que, de esta manera, se desarma cayendo el
resto al suelo y perdiéndose. Este caso es parecido: es más lo que se
destruye que lo que se come.
La
seriedad de cualquier plan económico, político o social está ligado a sus
posibilidades de implementar un sistema de control y corrección de cualquier
desvío y, lamentablemente, no apareció en ningún momento ningún político,
ni sindicalista, ni religioso, que pida el fortalecimiento de los organismos
de control del estado como parte esencial para poder llevar a cabo cualquier
política de estado que los legisladores consideren para el país.
En
mi opinión, por algo debe ser.
No
existe, en la práctica, una división de asuntos internos para frenar la
corrupción en la policía, ni en la AFIP, ni en la policía de trabajo, ni en
la aduana, ni en la gendarmería, ni en el Honorable Congreso de la Nación,
ni en la Presidencia de la Nación, ni en las intendencias, ni en ningún
lado. Y allí donde existe, no
tiene fondos y cuando los tiene nadie los escucha y aunque los escuchen ¿cuánto
cuesta comprar una sentencia absolutoria?
Cuando
veamos la intención política firme de controlar el actuar de los
funcionarios del estado y de castigar a los corruptos que, como las cotorras
del campo, producen mas daño de lo que ellos mismos se benefician, tal vez
estemos más cerca de encontrar una verdadera solución de fondo a los
problemas de nuestro país.
Mientras
tanto todo lo que se hace no parece serio.
Parece pan para hoy y hambre para
mañana...
Claudio
García de Rivas