Claudio
García de Rivas |
Editorial
Sobre divas y
medios por
Claudio García de Rivas
[BPN-23/01/07]
Todos hemos
visto en alguna película –me parece recordar una en blanco y negro- a
una vieja diva que
sueña, mientras bebe un generoso vaso de whisky, con aquellos viejos
tiempos en que –joven y hermosa- la fama y la fortuna le sonreían,
rememorando melancólica tiempos pasados que ya no volverán.
En
esa misma línea, a la luz de los vertiginosos avances tecnológicos,
parece ser que
algunos profesionales de los medios -entre los que también se encuentran
respetables periodistas y empresarios- parecieran estar
sumergidos en ese mismo sentimiento y eso se nota fuertemente a la hora de
expresar su mirada sobre la difusión de información por Internet,
incluida la periodística.
Una
de las características de aquellos que se concentran en hacer vaticinios
sobre el futuro de Internet es que tanto sus primeros análisis –apenas
irrumpió- como los últimos –ya instalado en la vida cotidiana- fue en
general mágico.
En
un principio –predicción optimista mediante-
algunos gurues pensaron en
una democratización masiva de la información y que el foco de este poder
se movería de los grandes medios –en general monopólicos- al ciudadano
común, pasando por las pequeñas producciones. O sea que convertiría en
actor activo al que hasta ahora era un simple receptor. Desde lo técnico
esta posibilidad la terminó de abrir en los últimos años el fenómeno
de los "blogs" que permitió al hombre común comunicar sin
necesidad de registrar dominios, contratar sitios y dominar el software
–más o menos complicado- necesario para la publicación.
La
predicción actual, ya en tren negativo y
para mi sorpresa, la refleja en forma excelente "Le Monde
diplomatique" de enero de este año en una nota firmada por Ignacio
Ramonet -director de ese medio en París- que se pasa al otro
extremo del arco y denuncia que en este momento tanto los diarios
gratuitos como Internet pueden estar amenazando "la pluralidad de
opinión en nuestras democracias".
Si
bien no es mi interés debatir sobre su opinión de los diarios gratuitos
no deja de ser interesante destacar que los considera una estafa
confundiendo los conceptos al aducir que esta modalidad hace creer a los
lectores "que la información se fabrica sin costo alguno"
mientras que en realidad se paga su parte proporcional en la compra de
cada producto que se anuncia en el medio. En realidad, yo en lo personal no creo que los
lectores se confundan –con lo cual no habría estafa- y saben
perfectamente que el medio se sostiene de sus anunciantes y que
eventualmente ese costo -junto a otras cientos de variables- formará parte de los precios de los productos
que compren.
Con
respecto a Internet –que considera
la segunda amenaza a la pluralidad de opinión- entiende
como muy perturbadores "los colectivos de Internet [o sea la gente]
que, temerariamente y movidos por una inquietud de democracia
participativa, se lanzan a discusiones y debates internos de gran
intensidad, muchas veces terminaron atomizados, fraccionados, al borde de
la impotencia o de la autodestrucción".
Es
comprensible la preocupación de un señor que unos párrafos antes
reconoció que año tras año la cantidad de suscriptos a su medio
decrecen al punto que expresa que "la prensa escrita atraviesa la
peor crisis de su historia" pero hay un límite. No puede
descalificar un medio de comunicación, como puede ser el digital,
agitando el cuco de una supuesta anarquía porque la gente participe. Y
mucho menos amenazar a aquellos que desean hacerlo con la atomización, la
impotencia y la autodestrucción.
Su
segundo argumento contra Internet, como medio de difusión de la
información, la basa en que los grandes conglomerados económicos lo
están utilizando para afianzar su poder. Sin embargo, no tiene ningún
prurito en reconocer –al siguiente párrafo- que la prensa escrita
francesa, se encuentra en esa misma situación. Le podríamos agregar que
en Argentina no sólo los medios gráficos están en pocas manos sino
también la TV y la mayor parte de las radios, ¿por qué Internet sería
diferente...?
Hoy
en Argentina, en Internet, hay cientos de sitios dedicados a la
información: desde los grandes medios periodísticos hasta los más
chicos, también llamados alternativos, de los que hay miles. Algunos –que
funcionan como verdaderas agencias de noticias- distribuyen la
información mediante newsletters cuya frecuencia empiezan desde varias
veces al día y abarcan todos los temas que puedan ser de interés humano.
Y parte de la riqueza que existe tanto para divulgar como
para
recibir información se debe en gran parte –mal le pese a el director de
"Le Monde..."- a las facilidades que permite Internet.
Lamentablemente,
como nuestra vieja diva, el director de esta prestigiosa multinacional
francesa -hoy posee cerca de 60 ediciones internacionales en 30 idiomas- sueña
melancólico con tiempos pasados que ya no volverán. Ve en el presente y
en el progreso tecnológico una amenaza casi mortal y apela a su público
para que lo acompañe en su mirada apocalíptica.
La tristeza no le
permite pensar en las posibilidades que se le abren, apenas le deja suspirar
por aquellas que siente que le cierran aunque -en el camino- se toma el
trabajo de construir una sombra de descalificación a la participación
plural.
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Claudio
García de Rivas es director de Pequeñas Noticias, Buenos Ayres Digital y
socio fundador de la Unión de Medios Independientes de la Propiedad
Horizontal (UMIPH)
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