[BPN-28/01/08]
El 2007 fue para los consorcistas un año complejo, sino difícil. Entre
los desafíos que afrontaron estuvieron la lucha por incrementar la
participación de los consorcistas -no sólo en sus edificios sino
también en alguna de las entidades que los representan- y tratar de
unirse en puntos básicos que les permitan actuar coordinadamente.
Aunque no lo
reconozcan en público, los dirigentes de las entidades de propietarios
afrontan el mismo problema que las de administradores: la indiferencia y
la falta de participación de sus representados. Ya desde algunas de ellas
se han perfilado estrategias para luchar contra la apatía que reina en el
sector y que para esta redacción no deja de ser un reflejo del total de
la sociedad argentina.
Con respecto a
la unidad, la situación se complica. Todo el año pasado fueron pruebas
de "ensayo y error" que buscaban la combinación correcta que
les permitiera una unidad de acción frente a temas comunes. Algunas
fórmulas dieron resultados mientras que otras se fueron diluyendo con el
tiempo.
La bomba cayó
en octubre. La perspectiva real e inminente de la creación de un Colegio
de Administradores en la CABA –para sorpresa propia y ajena- consiguió
lo que no había logrado nadie, los convocó a todos bajo una sola
consigna: que se archive el proyecto. Pero fue más allá de eso, acercó
actores que hasta el momento no habían participado o cuya participación
había sido sólo a título personal.
Luego de
conseguir su objetivo inmediato se buscaron –por medio de varias
reuniones- fórmulas que les permitiera actuar juntos acentuando sus
acuerdos y postergando sus diferencias.
En algún
momento, durante diciembre, parecía que lo podrían lograr, pero la
propuesta –hecha pública por el presidente de Fundación Reunión de
Administradores (FRA)- de que se realizaran paritarias
consorcio por consorcio otra vez dividió las aguas sobre temas
conceptuales de fondo. Mientras un sector busca sentarse en las
negociaciones con el sindicato representando a la parte empleadora bajo
las condiciones que el sistema prevé, otro –aunque afirma que ese
proyecto es muy antiguo y no de autoría del presidente de FRA- prefiere
que las condiciones laborales de los trabajadores de los consorcios las
traten individualmente los consorcistas –a través de una asamblea- en
cada uno de los edificios.
En marzo,
entre las diversas acciones que se realizaron para trabajar en conjunto,
estuvo la creación de la Mesa de Trabajo y Consenso formada por
ocho entidades y cuya primera medida fue pedirle al ministro de Trabajo, Carlos
Tomada, que se abstenga de homologar el Convenio Colectivo de Trabajo
que en esa oportunidad se terminó firmando.
Meses después
se creó otra federación de consorcistas –FEDECO- que se sumó a
la ya existente Federación Argentina de Consorcios (FAC) y
ya cuenta con 4 entidades federadas contra las dos de la FAC.
Por su parte,
dos entidades de propietarios -ReDeCo y UCRA Mar del Plata-,
buscando otras formas de concretar unidades, suscribieron en diciembre un
acuerdo de colaboración y mutua representación que les permita conservar
a cada una su identidad aunque trabajando en conjunto sobre los temas
puntuales en los que coinciden.