Datos
El
poder de la información
Estado
Unidos compró el acceso a bancos de datos de cientos de millones de personas
de diez países latinoamericanos, incluida la Argentina.
Este
tipo de prácticas les permite tener bajo su mirada y al alcance de su mano
los antecedentes de personas que entran al país del norte y en combinación
con más datos, la información puede utilizarse para conocer los hábitos,
las tendencias, los gustos y hasta la forma de pensar que tienen esta nueva
categoría de "vigilados" además de poder identificar a potenciales
terroristas, descubrir documentos de identidad falsos y a indocumentados,
según informó la agencia Associated Press.
Una
compañía en EEUU de Altlanta, ChoicePoint Incorporated,
recopiló la información en el extranjero y la vendió al sector turístico,
a autoridades americanas de varias agencias y también al Servicio de
Inmigración.
Sin
irnos tan lejos y quedándonos en esta parte del globo, en la que nos ha
tocado vivir, nos cuesta todavía pensar en la importancia que tienen los
datos que nosotros manejamos y nuestros propios datos, nuestra información.
Quizá al tenerla nosotros, al generarla nosotros, no le damos la debida
importancia y no le tenemos el merecido respeto.
¿Quién
de nosotros no tiene o no ha tenido una dirección de correo electrónico del
tipo Hotmail, Yahoo o hasta de nuestros propios proveedores de Internet y no
ha recibido correo basura (spam) que nadie pidió ni solicitó con temas u
ofertas de cosas que nos pueden interesar o de cosas que ni siquiera sabíamos
que pudieran existir en el planeta?
¿De
dónde obtienen nuestras direcciones? ¿Alguien sabe la cantidad de personas a
las que tienen acceso de esta forma? ¿Alguien de nosotros puede saber en qué
registro se encuentran nuestros propios datos y en manos de quién? ¿Cuánto
valen nuestros datos? ¿Sabemos el alcance y para qué pueden utilizarse?
¿Sabemos quién puede estar en este momento mirando o estudiando nuestros
datos, gustos, hobbies o lugares donde querríamos ir a pasear? ¿Podemos
imaginar el poder que se genera acumulando información de tanta gente?
¿Podemos llegar a sospechar cuánto vale esto, cuánto cuesta?
Algunas
de estas preguntas pueden quedar sin respuesta o nuestras respuestas ser mucho
más inocentes de lo que imaginamos, de lo que creemos.
Muchas
veces desestimamos el trabajo que realizamos, la información que generamos,
simplemente porque lo hacemos nosotros y le quitamos el verdadero valor que
tienen, que "realmente tienen"...
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Fuente:
Revista Veintitres
- 17 de abril de 2003
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