Internet
Vigilantes
cibernéticos
La
red de redes ha cumplido sus primeros 10 años y nadie podrá decir que la
vida sigue siendo la misma antes y después de Internet. Para bien o para mal
nuestra vida ha cambiado, nuestras costumbres han cambiado, nuestra forma de
comunicarnos ha cambiado y hasta nuestra forma de vivir ha cambiado.
Además
de Internet en estos 10 años se han producido todo tipo de modificaciones
tecnológicas que, sin que nosotros querramos y hasta sin que ni siquiera lo
sospechemos, han cambiado nuestras vidas o mejor dicho la forma en que
nuestras vidas son vistas o "espiadas" por quién sabe quién.
Muchos
de los sistemas o elementos que hoy se utilizan para espiar o vigilar han sido
en el pasado temas de películas de ciencia ficción, de filósofos y de todo
tipo de literatura que hoy la realidad se ha tomado muy enserio el trabajo de
poder superar.
La
revista mensual Muy Interesante del mes de febrero de este año, en un
documento especial ha tocado este tema y cita algunos ejemplos de ficción y
de realidad: En mayo de 2001 David Brin, autor de novelas de ciencia ficción,
anunciaba que: "La tecnología podrá vencer cualquier barrera que
establezcamos para proteger nuestra intimidad" y en diciembre del
año 2002, el Pentágono anunció sus intenciones de construir un gran sistema
de vigilancia que permitiría rastrear la huella que cualquier ciudadano deja
al efectuar transacciones comerciales y en abril de este año en al revista Veintitrés
apareció una nota donde decía que Estado Unidos había comprado el acceso a
bancos de datos de cientos de millones de personas de diez países
latinoamericanos, incluida la Argentina.
En
1787 un filósofo sugirió un modelo de prisión donde todos los presos puedan
ser observados durante las 24 horas (¿Se acuerda de la película Truman show,
o los reality shows de nuestra televisión local?) y en la realidad los
asistentes a muchos espectáculos deportivos son filmados sin ser advertidos.
Otro ejemplo es una ciudad del Reino Unido donde en 1986 se instalaron
cámaras de videovigilancia en las calles más concurridas.
Demás
está decir la cantidad de cámaras de videos que han sido instaladas en
entidades bancarias, negocios, supermercados, cajeros automáticos, subtes,
galerías y hasta en nuestros propios hogares.
Otro
tema que trata el documento, y por cierto muy delicado es el tema de los datos
médicos que por ley, son especialmente protegidos en todo el mundo. En
Argentina la ley 25.326 de Protección de Datos Personales en su artículo 8
dice, en resumen, que el personal de los establecimientos sanitarios u
organismos que trabajen en representación de él están legitimados para
recoger y procesar dichos datos y que deben ser tratados respetando los
principios del secreto profesional.
Quizá
no nos lleguemos a imaginar el daño que se puede causar si este tipo de
información es mal utilizada por los responsables de guardarla en el más
estricto secreto y estos datos cayeran en manos de personas inescrupulosas.
Otro
lugar que no se escapa a las mirada indiscretas es nuestra propia PC o la PC
de nuestros trabajos. Podemos decir que la computadora es un reflejo de su
dueño o usuario y la información que en ella se guarda habla por él.
Documentos, correos electrónicos, sitios de Internet, imágenes, sonidos,
agendas, todos ellos son una descripción casi exacta de gustos y costumbres.
Una descripción que habla por nosotros y de nosotros.
Existen
programas de computadoras que rastrean todos los movimientos que hacemos
cuando estamos navegando y esa es otra fuente valiosísima de información que
sigue hablando de cómo somos, qué nos gusta, qué hacemos, qué leemos y
hasta qué y cómo pensamos.
Cada
vez resulta más difícil hacernos los misterioso o guardar bajo 7 llaves esos
secretos que, en otros tiempos, hubieran sido casi imposibles de conocer si
así lo decidíamos...
El
problema de la privacidad de los datos que manejamos y los nuestros propios,
que tienen un valor incalculable, reside en saber quiénes los utilizan y
quiénes no deberían hacerlo para poderlos preservar de cualquier tipo de
manipulación que pueda causar un prejuicio.
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