[BPN-12/12/06]
Cuando un dólar ya no fue un peso, uno de los tantos problemas que había
que definir fue cómo se cobrarían las deudas hipotecarias que habían
sido contraídas con particulares. Las primeras medidas que tomó el
Gobierno fue que las deudas privadas se pagarían a razón de un peso por
dólar y que se ajustarían por el Coeficiente de Variación Salarial
(CVS) que si bien dejó de existir en el 2004, incrementó las
deudas en un 23%.
Sin embargo,
aún hoy, a casi más de cuatro años de la devaluación, no se encontró
una solución al problema. En los últimos días, el Senado de la Nación
aprobó en forma unánime un proyecto de ley que apunta a frenar los
remates a viviendas que fueron hipotecadas en escribanías.
Principalmente,
la medida busca que los jueces no puedan exigirle a los deudores más de
1.83 pesos por cada dólar prestado a la escribanía cuando todavía
regía el 1 a 1. El objetivo es establecer un criterio unificado debido a
que las normativas que regulan las deudas hipotecarias son variadas y de
muy amplia interpretación.
Por otra
parte, una de las preocupaciones de los deudores –que no están muy
convencidos del proyecto- sigue siendo que los jueces muchas veces no
respetan la suspensión de los remates que dispuso el Congreso de la
Nación en reiteradas ocasiones y que, según la última prórroga, estaba
estipulado hasta el 3 de diciembre.