El
evento del año
A
sus plantas rendido un león
El
atraso inexplicable de la firma del decreto que reglamentaría la Ley 941 y el
rumor persistente de una nueva coalición de las principales entidades que
agrupan administradores para negociar con algunos sectores políticos
explicarían el bajo perfil y la actitud irreal de abatimiento con los que el
presidente de Fundación Reunión de Administradores escuchó de la diputada
Dra. Sandra Dosch y del Arq. Miguel Fortuna los alcances de la Ley de Registro
Público de Administradores en
el evento del 30 de abril pasado (2003) en el CGP Nº 7.
El
análisis político
La
importancia fundamental del evento que se realizó en el Centro de Gestión
y Participación de la Ciudad de Buenos Aires Nº 7 (CGP Nº 7) el pasado
30 de abril, que dimos en llamar "El evento del año", estaría en
que es la primera vez que el Estado, en este caso la Ciudad de Buenos Aires,
convoca en colaboración con un medio de prensa a todas las fuerzas de la
comunidad consorcial alrededor de un proyecto legislativo de características
históricas. Desde el año 1949, en que se reglamentó la Ley 13.512, no se
producía ninguna intervención de las fuerzas públicas por regular la
actividad de administrar consorcios teniendo en cuenta que el 75% de la
población vive bajo el régimen de Propiedad Horizontal. Con
el correr de los años la profesión de administrar consorcios, al mismo
tiempo que la imagen de la clase política, se fue descalificando a los ojos
de la sociedad y los medios de comunicación, abonando la idea de la supuesta
indefensión en que se encontrarían los consorcistas (léase
propietarios).
Frente
a las primeras notas publicadas en los medios de comunicación masivo
criticando la supuesta corrupción en los consorcios y los altos niveles de
expensas, los profesionales de la administración siempre sostuvieron en
público que existía una campaña en contra de ellos mismos aunque en privado
se quejaban de la inacción de las entidades del sector para reprimir los
abusos de los colegas deshonestos. Uno de los líderes de la idea de "una
campaña de desprestigio en contra de los administradores" fue FRA(1),
argumentando que estaba sostenida por la publicidad de ciertas entidades que
defendían los intereses de los propietarios. Estas podían ser sólo dos: ADEPROH(2),
enemiga acérrima de su titular el adm. Jorge Hernández y LCPH(3)
presidida por el Dr. Osvaldo Loisi y su hija la Dra. Victoria Loisi.
De todos modos los niveles de publicidad que podían poner estas instituciones
en los diarios de distribución masiva eran tan ínfimos en relación a los
valores que están acostumbrados a manejar normalmente que la teoría de la
conspiración económica no era posible de sustentar seriamente. Sin embargo,
ya en ese momento, hubiera podido develarse otra teoría de una
"conspiración" posible, aunque nadie estaba en condiciones o tenía
la voluntad de hacerlo.
Dos
millones de conjurados
La
Ley 941 era un hecho matemático. Tenía que pasar en algún momento ya
sea de manos de Sandra Dosch o de cualquier otro con la visión y la
capacidad política para liderar ese proyecto y capitalizar todo el
rédito. |
Suena
muy probable que los diarios capitalinos mantengan una mirada muy atenta sobre
las inquietudes de su clientela compuesta en parte por dos millones de
propietarios de clase media que compran diarios casi todos los días, aún en
desmedro de los seis mil administradores que pudieran existir.
La
diputada Sandra Dosch (Frente Grande) sabe más de matemática
que la mayoría de los dirigentes de las entidades que defienden
administradores y cuando propone la Ley del Registro Público de
Administradores defendiendo los intereses de los propietarios no le cuesta
mucho conseguir el acuerdo de otros dos colegas en la Legislatura Porteña que
aún siendo uno del Bloque Justicialista (Dr. Alberto Fernández) y
otra del ARI(4) (Dra. Delia Bisutti) saben ver el enorme
rédito y la profundidad política que una ley así podía generar sobre los
habitantes de casi 90 mil edificios. Es así que si bien Sandra pasó por
algún momento de tensión en las dos jornadas en que se discutió el proyecto
los número no le fallaron a la hora de dar examen y se aprobó con el apoyo
de la UCR, el ARI, parte del PJ, el Frente Grande, el socialismo y la
izquierda.
Otro
factor importante a tener en cuenta es el análisis de la ideosincrasia del
porteño medio. Si se tiene en cuenta el perfil del votante de las últimas
elecciones se ve con claridad que el elector prioriza los proyectos
"progresistas" a los "conservadores" y dentro de éstos
aquellos que siente que terminarían con la sensación de un "estado
ausente".
La
Ley 941 era un hecho matemático. Tenía que pasar en algún momento ya sea de
manos de Sandra Dosch o de cualquier otro con la visión y la capacidad
política para liderar ese proyecto y capitalizar todo el rédito.
La
palabra "conservador", como definición política, habla de
conservar el estado de cosas tal cual están y no existía la más mínima
posibilidad de ganar esta guerra que proponía un cambio en las reglas del
juego con el apoyo de todas las fuerzas progresistas sin generar una
iniciativa política audaz en contra. Y ésta nunca llegó. Las entidades
que protegen los derechos de los administradores cometieron error tras error
continuando con las mismas líneas de acción que les dieron resultados
durante los últimos 50 años pero que no estaban a la altura de los
acontecimientos modernos. La primera equivocación fue que no consultaron sus
bases para tomar las decisiones que les hubiera permitido hacer equilibrios
sobre una red de contención fuerte en caso de que las cosas les fueran mal.
El tiempo y la adversidad les pasó la factura y tuvieron que rendir cuenta
sobre sus hechos personales en lo político en lugar de bajar el debate a las
consensos básicos institucionales. La segunda equivocación fue creerse el
discurso de algún dirigente colega que los convenció de que la base de la
conspiración era "económica" (la teoría de los avisos) y no
"política". Una mejor lectura, tal vez, hubiera desembocado en la
promoción de algunos pequeñas propuestas para poder mantener el viejo
"estatus-quo".
Así
fue que en el evento del 30 en el CGP Nº 7 organizado por Pequeñas
Noticias se resumió el aparente fin de la "batalla del
registro". La resistencia a una violación a los supuestos derechos de
los administradores por un puñado de dirigentes contra dos millones de
propietarios, uno de los sindicatos más fuertes de la Capital Federal y una
buena porción de administradores que acusan a esos mismos dirigentes de no
hacer nada para dignificar la "profesión".
La
pregunta de Hernández
La
pregunta del adm. y periodista Jorge Hernández: "Sergio Schoklender podrá registrarse como administrador
siendo parricida o sólo podrá seguir siendo abogado matriculado" |
El
día del evento del CGP Nº 7 donde el Arq. Miguel Fortuna de la Dirección
General de Defensa y Protección del Consumidor explicó la esencia del
proyecto presentado al Dr. Aníbal Ibarra para su firma el adm.
Hernández, con un llamativo "perfil bajo" se sintió molesto y
"discriminado".
Teniendo
en cuenta que fue la cabeza visible de la coalición que luchó contra la
sanción de la Ley 941 es entendible su malestar en el evento en el que sólo
faltó la firma de Ibarra para consagrar con la reglamentación la derrota ya
sufrida en terreno legislativo.
Su
sentimiento de discriminación se debió, en sus palabras, por la sensación
de que como periodista que asiste a una reunión organizado por un medio
colega, en este caso Pequeñas Noticias, no se le dio el lugar
destacado que sintió debió tener la única pregunta que solicitó hacerle al
Arq. Fortuna o la diputada Dra. Sandra Dosch.
Teniendo
en cuenta la gran cantidad de gente que asistió al evento, la ansiedad que
esta Ley genera en toda la comunidad consorcial y la gran cantidad de
preguntas que se le hicieron a los funcionarios presentes sobre todos los
aspectos de la reglamentación de la ley, la pregunta del adm. Jorge
Hernández no pudo ser leída por el conductor, el director de producción Ariel
Rosales. Sin embargo el presidente de FRA la pudo realizar directamente al
panel asistido por un micrófono inalámbrico que le alcanzó M. Fabiana
Lizarralde, también de la producción del medio y que ahora transcribimos
textualmente ante la gran cantidad de llamados e e-mails que recibimos en la
redacción reclamando la "censurada" pregunta:
Adm.
Jorge Hernández: ¿Diputada, Sergio Shocklender, podría inscribirse como
administrador? Si este parricida va a poder ser administrador, señores no se
preocupen por una denuncia de presunción de estafa de un consorcista que
después quedan en nada.
Arq.
Miguel Fortuna: Yo no lo puedo condenar de por vida, si cumplió la
condena y está libre de culpa y cargo cómo lo voy a prohibir, si no estoy
prejuzgando yo y ahí sí sería inconstitucional. Si no me voy a comer un
juicio yo porque lo estaría prejuzgando.
Como
nota de color sólo resta añadir que un miembro del público que no pudo ser
identificado preguntó desde las últimas filas qué tenía que ver ese
concepto con el tema en cuestión.
Hay
que tener en cuenta que el que realiza la pregunta es el presidente de FRA y
una pregunta así, siendo la única que realizó esa noche, no es para
subestimarla. Uno de los análisis posibles a su intervención es dejar en
claro su presunción de que no importarían los antecedentes por crímenes
penales cometidos por los administradores dado que con el nuevo registro
creado se podrá trabaja igual instalando la idea de que esta ley no tendría
razón de ser: sería una ley "sin dientes".
Contra
esta idea se debe tener en cuenta que el parricidio en la Argentina es un
delito punible y que Sergio Shocklender, mientras cumplía su condena, estudió
una carrera universitaria en el CUD(5) (dependiente de la UBA(6))
en un programa de reinserción social del Sistema Penitenciario y que habiendo
cumplido con la sociedad quedó habilitado para todos los beneficios de que
dispone un ciudadano incluído el de trabajar. Así lo entendió el Colegio de
Abogados que lo matriculó habilitándolo para ejercer su profesión.
De
todos modos los funcionarios del Registro afirmaron que analizarán los
Certificados de Reincidencia y sólo excluirán aquellos personajes que tengan
causas que estén directamente relacionadas con prácticas comerciales
deshonestas que hagan presuponer un riesgo para el patrimonio de los
consorcios, que es el supuesto beneficiario de la ley.
Continuará...
Esta
demora se debería a "razones políticas" y no, "burocráticas
o de forma" |
En
el firmamento actual hay, sin embargo algunas incertidumbres. La primera es el
rumor de que parte de las entidades que nuclean los intereses de los
administradores de consorcios se habrían reunido para negociar con sectores
políticos en, lo que suponemos, sería un intento de retomar la
iniciativa política perdida a manos de los
administradores independientes reunidos en la AIPH(7).
Esta
presunción estaría avalada por el inexplicable retraso en la firma del
decreto que reglamenta la Ley 941 y fuentes oficiales bien informadas que
prefirieron mantener la reserva de identidad aseguraron a Pequeñas
Noticias que esta demora se debería a "razones políticas"
y no, "burocráticas o de forma". La misma fuente aseguró
que el Dr. Aníbal Ibarra estaría llamando todos los día a la Dirección
General de Defensa y Protección del Consumidor para acelerar los tiempos dado
"que él es el mayor interesado en que esto salga"
---
1.-
Fundación Reunión de Administradores
2.-
Asociación Civil de Defensa al Consumidor de Bienes y Servicios para la
Propiedad Horizontal RA
3.-
Fundación Liga del Consorcista de Propiedad Horizontal
4.-
Argentina para una Republica de Iguales
5.-
Centro Universitario Devoto
6.-
Universidad de Buenos Aires
7.-
Administradores Independientes de Propiedad Horizontal
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