El objetivo de
este plan es "llegar con los recursos y con el poder que el Estado
tiene a atender las necesidades de un sector que no ha recibido nunca
apoyo para conseguir una vivienda digna. Estos son los sectores medios
pauperizados de la ciudad que no han podido mantener en condiciones
dignas su vivienda porque no tuvieron recursos económicos suficientes
para poder ponerlas permanentemente en valor" le explicó a Pequeñas
Noticias, en una entrevista exclusiva, el Ing. Ernesto Selzer,
director del Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires
(IVC).
Ing.
Ernesto Selzer: En el caso de un consorcio, el que toma
el crédito no es el consorcio sino cada uno de los integrantes que
adhiere. O sea que hay un pagaré por cada uno de ellos. Es decir si
un edificio arregla una instalación de 135 mil pesos y está
formado por 10 departamentos lo que hacemos primero es que un
inspector nuestro haga una visita técnica. Es un profesional que
verifica que la petición sea razonable y que lo que quiere hacer el
consorcio entra dentro de lo que este programa prevé. Luego
incorporamos esa necesidad al programa, hacemos un pliego,
verificaciones técnicas para poder licitar esa obra y la metemos
dentro del paquete general. Cuando va la empresa constructora a la
licitación entonces se realiza la obra. Antes de iniciar la obra ya
se sabe el precio final.
Nosotros
podemos decir en principio que un arreglo vale 135 mil pesos pero si
una empresa ofrece hacerlo por 90 ya no vale 135, vale 90. Entonces
se hace una reunión con los propietarios y se les dice que la
reparación vale 90 mil pesos y se les pregunta si están de acuerdo
en hacerlo. Si -por ejemplo- están de acuerdo el Sr. "A"
y el Sr. "B" ellos se hacen cargo de la responsabilidad
del pago del crédito y firman cada uno una solicitud de
intervención y cuyo monto se dividirá en partes iguales o en el porcentual de cada uno, depende de cada consorcio.
Como
estos créditos están en cabeza de personas y no de consorcios,
entonces cada consorcio debe decidir si figuran como responsable
todos los consorcistas o una parte y después hacer un documento
interno en donde cada consorcista a su vez le carga o descarga su
responsabilidad al resto del consorcio, o sea a aquellos
copropietarios que no firmaron.
Nosotros
lo que vamos a tener al finalizar es una obra realizada, un monto
invertido y una cantidad de personas que han firmado un crédito y
que deberán devolver en 30 años y que lo respaldan con un pagaré
cada uno. Si en un consorcio de 30 departamentos los que figuran son
5, esos 5 después tendrán que afrontar la carga o diluir su
responsabilidad repartiéndola con el resto del consorcio. |
El Programa
Federal de Mejora de Viviendas nació como una propuesta del
presidente de la Nación que encomendó a la Subsecretaría de la
Vivienda de la Nación y a los directores de los Institutos de Vivienda
de cada una de las provincias para establecer sus objetivos, armar el programa
y consensuar sus condiciones. A la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
le tocó, de estas negociaciones, un 4,2% del total del presupuesto
asignado por la Nación que representan unos 61 millones de pesos. Este
monto se repartirá entre unas 4.550 unidades habitacionales a razón de
13.500 pesos cada una con el objetivo de "mejorar, fundamentalmente,
baños, cocinas, instalación eléctrica, de gas, impermeabilizar techos y
filtraciones". Con respecto a los consorcios (viviendas colectivas)
los créditos pueden utilizarse para reparar las partes comunes como las escaleras, azoteas, balcones, ascensores, etc; con la conformidad de la
totalidad de los copropietarios.
Para acceder a
este beneficio la vivienda en cuestión no podía haber sido construida
después de 1974 (o sea debía tener una antigüedad de 20 años o más) y
no podía haber sido comprada o construida con fondos del FoNaVi (Fondo
Nacional de la Vivienda), por la ex CMV (Comisión Municipal
de la Vivienda) o por el mismo IVC.
Sobre estos
objetivos el Ing. Selzer recalcó enfáticamente que estos créditos
"no están destinados para que un edificio, sobre todo en la zona
cara de la Ciudad de Buenos Aires, le cambie los mármoles a la entrada.
Este programa no es para eso... es para devolverle dignidad a las viviendas
deterioradas".
Entre sus
objetivos destacó que "a través de este programa de créditos a 30
años y sin interés se trata de destinar recursos del Estado para atender
las necesidades de sectores que si bien son propietarios, no tuvieron la
posibilidad de mantener en condiciones sus viviendas -y de esas hay miles
en la Ciudad de Buenos Aires- que tienen problemas de humedades, de
filtraciones o, por ejemplo, de cañerías que tienen más de 30 años (en
su momento se usaban caños galvanizados) para la conducción de agua que
hoy se encuentran absolutamente obstruidos por las incrustaciones. Son situaciones múltiples que se van creando en los barrios de menores
recursos y que inclusive se van multiplicando"
Afirmó
también que los propietarios de los consorcios pudieron solicitar el
crédito para dar los pasos necesarios y cumplimentar con la famosa Ley
257 (Mantenimiento de Fachadas y Balcones) o para la puesta a punto de sus
ascensores y la obtención de las tan ansiadas obleas verdes.
Para ser beneficiarios de este crédito
los propietarios debieron presentar fotocopia del
reglamento de copropiedad, acta de designación del administrador,
fotocopia de primera y segunda página del DNI, formularios completos (que
debieron retirar en el CGP de su barrio) y nota de conformidad firmada por
todos los solicitantes del arreglo dentro del consorcio (dentro de los
treinta días de iniciado el trámite). Los trámites eran personales y se
podían realizar únicamente en los Centros de Gestión y Participación
que correspondían al domicilio de los solicitantes en el horario de 16 a
20 hs.
Sobre
los objetivos de este crédito el Ing. Selzer recalcó enfáticamente que estos créditos
"no están destinados para que un edificio, sobre todo en la zona
cara de la Ciudad de Buenos Aires, le cambie los mármoles a la entrada.
Este programa no es para eso... es para devolverle dignidad a las viviendas
deterioradas".
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Foto:
Testimonio fotográfico de un inspector del Instituto de Vivienda que
verificó una solicitud de crédito para reparar problemas graves de
humedad en una vivienda porteña. |
Es de destacar
que los créditos son personales y en el caso de los consorcios la
obligación del reintegro de las cuotas cae en cabeza de los propietarios
solicitantes y no del consorcio o del administrador. El crédito no es
hipotecario y su monto se reparte según lo establecido en cada consorcio
entre todos los propietarios que adhirieron al mismo. Estos firman -cuando
los peritos de la ciudad establecen el monto del mismo- en una primera
etapa una "solicitud de intervención" y en una etapa posterior
los pagarés necesarios para cubrir los treinta años de cuotas.
Cerrada la
etapa de la recepción de solicitudes al programa el Instituto de Vivienda
informa que se inscribieron unos 300 consorcios que, a un promedio de unas
10 unidades funcionales cada uno representan cerca de 3 mil viviendas y
esta cantidad constituye el 50% del total de los créditos disponibles.
Lo que sigue
En estos
momentos, luego de presentada la solicitud, el Instituto de Vivienda está
enviando al domicilio del solicitante un inspector que evalúa que la
petición es razonable y documenta (en forma fotográfica) las tareas a
realizar en el mismo. Este sería el punto en el que se encuentra ahora
este trámite: en la evaluación de las solicitudes.
Según fuentes
del Instituto de Vivienda para fines de febrero se estaría convocando a
las empresas especializadas que realizarán las obras comenzando
inmediatamente la licitación. Para fines de marzo o principios de abril
ya se estarían iniciando los trabajos solicitados por cada edificio.
En otro orden
de cosas los fondos que la Nación destinó a la Ciudad que no fueron
utilizados serán restituidos a la Subsecretaría de Vivienda de la
Nación para su redistribución. Por otra parte las cuotas de los crédito
que los beneficiarios reintegrarán al IVC quedarán en manos de ese
organismo para aplicar a los planes de viviendas que tiene previstos.
El director
del IVC estimó probable que, de ser exitosa esta experiencia piloto, se
podría repetir en un futuro no lejano ya sea con fondos de la Nación
-como en este caso- o de la misma Ciudad de Buenos Aires.
Habrá que
estar atentos.