Administración de Consorcios |
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Encargados de edificios La psicóloga Andrea Mara Cecchin y la Dra. María Cristina Carrera analizaron las particulares del trabajo del encargado y cómo influye en sus hijos Es uno de las pocas actividades en las que el trabajador vive y se desempeña en el mismo lugar. [BPN-21/05/08] Gran parte de los encargados de edificios, a diferencia de otros trabajadores, viven en el mismo lugar en el que trabajan. Esta particularidad genera algunas diferencias y consecuencias no solo en los trabajadores sino también en sus familias. La licenciada en psicología Andrea Mara Cecchin y la Dra. María Cristina Carrera analizaron esta situación en el programa de radio "Hablemos de consorcio" de la Unión de Medios Independientes de Propiedad Horizontal (UMIPH) que se transmite todos los viernes a las 19 hs. por AM 1010 Onda Latina. ¿Cómo influye en el trabajador vivir y trabajar en el mismo lugar?, ¿afecta a los miembros de la familia que viven con él?, ¿el consorcio lo ve como un integrante más a pesar de su rol y fuera del horario de trabajo? Éstas fueron algunas de las preguntas que surgieron durante la hora de debate. "La mayoría de nosotros trabajamos y cuando finalizamos nuestro horario volvemos a nuestras casas, en cambio el encargado trabaja en la misma comunidad en la que vive y generalmente esto no permite el cambio de rol. El fin de semana, el encargado sigue siendo el encargado por más que no esté de servicio. Sus hijos no son Pablo del colegio tal sino que son los hijos del encargado y esta situación influye de manera directa en su inserción social", destacó la Lic. Cecchin. Por su parte, la Dra. Carrera subrayó que desde el punto de vista laboral el encargado "si bien tiene una entidad sindical que aparentemente lo sobreprotege no lo hace sentir digno del trabajo que hace. No cualquiera puede 'estar a cargo de...'. En la medida en que no se pueda trabajar esto desde las bases y se produzca esta sensación de que es menos porque no es ni inquilino ni propietario se va a sentir subestimado respecto al resto. Esto va a dar lugar a que el propietario mire al encargado por sobre el hombro". El síndrome del hijo del encargado "No sé si en realidad el chico en sí mismo se siente menos que otro sino que es una forma en la cual los adultos de esa familia presenten al chico en el entorno donde vive", reflexionó la psicóloga < ver nota>.Explicó que "si los padres dentro del consorcio se sienten excluidos de la vida social, al chico se le van a ir colocando pautas para que de algún modo no se relacione, no juegue o no vaya a la casa de tal otro chico. Influye mucho la forma en que los padres se presentan como padres más allá del trabajo que tienen". Cecchin sostuvo que el síndrome del hijo del portero es el desencadenante de distintos factores: "uno es el ambiente reducido en el que viven. El encargado vive solo y tiene armada su unidad como si fuera un mono ambiente; si tienen chicos, éstos no cuentan con un espacio propio". Por otra parte, aclaró que otro factor que influye es el lugar en el que se inserta: "tiene que ver con el origen del encargado - ya sea del Norte Argentino, paraguayos o rumanos- y la ubicación del consorcio -Recoleta, Barrio Norte, Lugano-". "Poner la mirada en el trabajador" La Dra. Carrera consideró que es "un tema muy difícil y en los chicos creo que es muy grave y se acrecienta más con el adolescente. ¿Puede el hijo del encargado pararse en la puerta con 4 amigos? ¿Se puede dar una verdadera amistad entre el hijo del encargado y el propietario?, ¿son mirados de la misma manera?, ¿si el hijo de un copropietario corre a los gritos por el pasillo es lo mismo que lo haga el hijo del encargado?". Al mismo tiempo, advirtió que si la mirada la ponemos en el chico "nos estamos equivocando. Creo que la mirada la tenemos que poner en el trabajador y fundamentalmente en su dignificación". Carrera consideró que si el trabajador se siente respetado, "se va a ser respetar por los demás. En la medida en que el encargado tenga que bajar la cabeza, sus hijos también se van a ver obligados a hacerlo". Según ella, uno de los actores que juega un rol fundamental es el administrador que debería tener "una comunicación abierta con el encargado. Cuando el administrador tiene un puente de comunicación con el encargado y lo escucha puede hacerle ver a los propietarios que están discriminando al chico y que ese chico es el hijo del encargado". Por otra parte, Carrera aseguró que también entra en juego el tema de las clases sociales: "es una palabra a la que no hay que tenerle miedo, hay una lucha de clases y posiblemente con esta vieja costumbre de la clase media de mirar para arriba, el copropietario puede aceptar que el chico juegue con su hijo pero ahora yo pregunto: ¿puede aceptar que su hijo se ponga de novio con la hija del encargado?". |
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