[BPN-21/05/08]
Lejos de estigmatizar el oficio de un ciudadano, en este caso portero o
encargado, y luego de analizar casos clínicos, hemos arribado a la
conclusión de que había "síntomas" en hijos de porteros que
eran distintos a los de otros niños que compartían tiempo libre y
descanso en monoambientes con sus padres y hermanos, según el caso.
Los porteros,
acorde con la ley vigente, tienen derecho a un espacio para el descanso. En
la mayoría de los casos, viven en la vivienda solos o con el grupo
familiar primario (mujer-hijo/s). Por este motivo, es importante ir
distinguiendo características propias de este grupo de trabajadores que
nos permite a la vez reagruparlos en diversas categorías:
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Lugar/
zona donde se encuentra el edificio. Por ejemplo, no es la misma
situación la de un encargado en relación con sus vecinos consorcistas
en el Barrio de Palermo Viejo que en Constitución. |
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Lugar
de origen del portero /encargado. |
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Perfil
reconocido o asignado por el consorcio: colaborador a la demanda del
consorcista, reconocimiento por oficio en cuanto plomería,
electricidad, albañilería, cuidador de los vecinos, etc. |
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Integrantes
del grupo familiar y visitantes: vive solo, con esposa, concurren
amigos a la vivienda, etc. |
En cuanto a
sus hijos, el gran interrogante está en relación con la
adecuación a los espacios reducidos.
Podemos
distinguir -en cuanto a problemas de espacio- la posibilidad de que el niño
u adolescente tenga un espacio reducido en sus actividades diurnas y que
en horario de descanso comparta sin privacidad el espacio con sus padres.
Es posible inferir el potencial hacinamiento que se da en estos grupos
familiares, que no implican de manera directa un peligro de promiscuidad,
dado que dependen de los principios, normas que están implícitas en los
comportamientos del grupo primario.
Si el
encargado o portero es oriundo de países limítrofes o provincias del Noroeste
Artentino, la endoculturación es uno de los factores a tener presente dado que
la inserción de los niños depende de los modelos parentales; en este
caso el barrio en el cual trabaje el empleado es uno de los factores
principales a despejar en el caso de encontrar algún indicador de
desadaptación social.
Esta
desarmonía se manifiesta en la presencia o ausencia de los padres –trabajador/a-
en actividades sociales (cumpleaños, salidas a espacios de esparcimiento
comunal, representabilidad barrial) y escolares.
En cuanto a
los niños, podemos reconocer la manera de vincularse con los pares y
padres de los compañeros o vecinos. Oscila entre aislamiento a conductas
claras de oposicionismo.
En el ámbito
escolar, el déficit de atención con o sin oposicionismo (ADD), es uno de
los posibles cuadros manifiestos en el aprendizaje. También se presentan
de manera reiterada síntomas- patologías psicosomáticas (afecciones
respiratorias /piel: asma, alergias; obesidad – hábitos sedentarios) en
los cuales se evidencian alteraciones en la manera de articular la
agresividad y necesidad de esparcimiento del niño/adolescente, con la
realidad que vivencia del ámbito socio-cultural, como hostil o expulsivo.
En cuanto a la
identificación con los padres, en la adolescencia, acorde como sea la
vinculación y modelos que los padres le han presentado desde la niñez,
en la crítica esperable del joven al oficio del padre –en cuanto
portador de la ley en el grupo familiar- será seriamente descalificado
manifestando su temor a la identificación con el modelo y las
frustraciones que le atribuye al progenitor en su desarrollo e inserción
social.
Podemos dejar
abierto el interrogante: ¿cómo colaborar con esta realidad que tantas
familias de trabajadores viven en la ciudad? Una de las opciones es
generar espacios de consultas-orientación para padres y de apoyo escolar
de los niños. Son actividades preventivas y/o de tratamiento, según el
caso, que permitiría a los padres recibir orientación acerca de la
manera de abordaje, reconocimiento de síntomas en el comportamiento de
los hijos, que tratados clínicamente, facilitan la integración del menor
y la modificación en caso de ser necesaria de roles y funciones en el
grupo familiar, que es afectado, manifestándose el malestar en el
síntoma emergente, en la conducta del niño/a - adolescente.