No
se debe intentar salir por los propios medios y bajo ningún punto
de vista se debe intentar forzar la puerta. |
Seguridad
en
ascensores
El
que desespera, no espera
[BPN-22/11/13]
Un promedio del 7% de la población sufre de claustrofobia y ante un
desperfecto en un ascensor pueden tomar medidas que ponen en peligro su
vida o las de las personas que la rodean. Durante su encierro, la
desesperación puede llevarlas a intentar salir por sus propios medios o
pedir a las personas que quedaron afuera que intenten socorrerla abriendo
las puertas del aparato.
El
Ing. Norberto Rinaldi, miembro del Comité Permanente de
Seguridad de la Federación de Asociaciones y Cámaras de
Ascensores de la República Argentina (FACARA), advirtió que si una persona
queda atrapada en un ascensor debe permanecer dentro de la cabina "ya
que es el lugar más seguro" y esperar la llegada del personal
especializado para su auxilio. Por otra parte recomendó que "para
ayudar a disminuir la ansiedad, es importante que el equipo cuente con luz
de emergencia, alarma de llamada y, en la medida de lo posible, con un
medio de comunicación como puede ser un sistema de portero eléctrico o
intercomunicador".
Por
su parte, el Ing. Sebastián Altamiranda, miembro Consultor
Técnico externo y especialista en ascensores de la Cámara Cuyana de
Ascensores, detalló unas pocas normas básicas a seguir en estos casos. A
los efectos prácticos, las dividió en dos grupos: una para aquellos que
están afuera del ascensor y cinco para quienes quedaron adentro.
Afuera
del ascensor:
En
el caso de que el ascensor se haya detenido dejando personas atrapadas no
intentar rescatarlas, sino llamar a la empresa conservadora para su
auxilio y, mientras ésta llega, conversar con la persona encerrada para
intentar calmarla.
Adentro
del ascensor:
1.-
No se debe intentar salir por los propios medios. Bajo ningún punto de
vista se debe intentar forzar la puerta
2.-
Se debe mantener la calma. Los nervios no sólo no solucionan nada sino
que generalmente agravan la situación. La ansiedad es contagiosa y mala
consejera. Si uno se encuentra encerrado con otra persona tiene que tener
en cuenta que el nerviosismo se transmite y empeora la situación.
3.-
Estructurar el tiempo. Es muy importante focalizarse en temas que nos
interesan y nos generan placer. La mente necesita pensar y resolver algo
agradable, no evocar recuerdos fugaces. Lo recomendable es realizar tareas
mentales, tratar de resolver algún problema concreto de nuestra vida o
planificar proyectos. Diseñar negocios futuros y generar estrategias para
alcanzarlos, imaginar el próximo partido de fútbol que se va a jugar,
idear una receta para agasajar a alguien forman parte de los temas
"distractores" que se sugieren para pasar el rato hasta que la
empresa conservadora solucione el problema.
4.-
La respiración diafragmática -que consiste en inspirar profundamente
(empujando el diafragma hacia abajo) y exhalar lentamente- permite
disminuir el ritmo cardíaco, respiratorio y restablecer la calma a nivel
físico primero y, luego, a nivel emocional. Además, así se evitan
mareos y los síntomas propios de la ansiedad, como taquicardia,
sensación de desmayo, de asfixia o falta de aire.
5.-
El humor es el mejor remedio para desdramatizar la situación y no
desesperarse. Se debe tener en cuenta que aunque el tiempo parezca
interminable, la situación es pasajera y luego se convertirá en una
anécdota.
La
claustrofobia
Según
el "Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales", la claustrofobia es una fobia específica dentro de los
trastornos de ansiedad. Específicamente se manifiesta como miedo a los
espacios cerrados y aquellos que la padecen suelen evitar los ascensores,
los túneles, el metro, las habitaciones pequeñas, el uso de técnicas de
diagnóstico médico como una tomografía axial computarizada o una
resonancia magnética nuclear. Cuando una persona que sufre claustrofobia
está por entrar o entra en un espacio cerrado, como puede ser un
ascensor, experimenta una reacción de ansiedad intensa como falta de
aire, palpitaciones o mareo.
Se
calcula que entre un 6% y un 8% de la población padece de claustrofobia.
Su origen se puede deber a haber vivido una experiencia desagradable en un
espacio cerrado (como quedarse encerrado en un ascensor) o a haberla
adquirido indirectamente al recibir información de personas que pasaron
por vivencias similares.
Las
personas que sufren este trastorno ante un desperfecto en un espacio
cerrado pueden ser muy difíciles de controlar ya que tienden a
desesperarse.
Las
medidas que pueden ayudar a una persona claustrofóbica a subirse a un
ascensor son: asegurarse la cercanía de la salida y verificar que en ella
no haya ningún impedimento, chequear el buen funcionamiento del ascensor
y de la alarma, ir acompañado durante el viaje y recordar situaciones
donde no ocurrió nada
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